TIEMPO DE
RECESO
La
glucemia le subió a la estratósfera cuando vio la acusación del dictador contra
su hijo en un canal de televisión llamado Globovisión que era una suerte de
cilicio que usaban los venezolanos para aumentar sus sufrimientos de manera
irracional: “fulano de tal, es un hijo de puta, espía del Imperialismo Yanqui y
traidor a la Patria de Bolívar”
Son
tiempos de receso, realmente siempre son tiempos de receso, porque quien vive
muy ocupado no vive, tan solo se ocupa y apura a los demás, se estresa y
estresa a los demás que es peor, de manera que dejemos que aflore el verdadero
yo real y juguetón, bajemos el ritmo, comencemos a no hacer nada, solo a mirar
y a respirar de manera consciente y racional, en silencio. Desacelera la respiración
para que puedas sentir, deja que tus células lo sepan porque en lo contado en
el párrafo anterior, las células del dictador, sabían lo contrario y decidieron
morir, sí, porque estoy hablando de Hugo Chávez, el odiador, el que me llamo
hijo de puta por televisión y casi mata a mi madre, pero alto, debemos hacer un
alto, porque le estoy agradecido.
Todo
se aceleró porque los exilios son aceleradores de procesos y terminé con aquel
matrimonio disfuncional que era hasta que la muerte me separara y gracias a
Dios tomé la decisión de que no fuera así; y lo volví a hacer y algunas
vinieron a enseñarme; otras a aprender y muchas a !joder! pero a lo que vamos:
mi consejo es que desaceleres y avanzarás más rápido, por lo menos aquí en el
exilio, porque no les he contado que ese palurdo gorila hoy fallecido tuvo la
gentileza de ponerme entre el exilio y treinta años de cárcel y ¡se lo
agradezco!, porque me temo que él es uno de los que llegó a mi vida y
seguramente a la suya (si acaso es venezolano) a enseñarme y yo he aprendido y
el país completo también, pero insisto, a lo que vamos, es notorio que me encuentro
un poco distraído, la mente se me va fuera de los límites, divaga, pasa por
aquella calle donde me crié en Sebucán, en la bella Caracas que ha envejecido,
pasa por la Escuela Naval, por mis buques que me temo ya no existen, ¿Qué importa
por donde pasa mi mente si esos tiempos no volverán?, es un tiempo de recesos y
te recomiendo que no apures al río, porque el fluirá solo.
Mis
queridos y consecuentes lectores, deseo informarles que gracias a la revolución,
todos sin excepción somos mejores, al menos, sabemos lo que no queremos y no
vamos a repetir. Gracias a la revolución absurda, maléfica, satánica, hoy
cumplo trece largos y benditos años que llegue a estas costas floridanas a ser
mejor, a crecer sin pausa, sin vacaciones pero con sonrisas, pero hoy, especialmente,
hoy es un tiempo de receso, para convencernos de que lo que ocurre es para
nuestro crecimiento más elevado.
Totalmente de acuerdo mi querido Capitán .....
ReplyDeleteLa realidad que ha despertado esta catombe. Asi mismo es.
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