UN DÍA
INGLÉS
La pertinaz
lluvia, todo el día, los vientos, el cielo gris, la rutina de la oficina, todo
tranquilo excepto porque no pude salir a caminar para mover mi sangre después de
tantas horas sentado.
Terminó mi
jornada en ese bendito trabajo y me preparaba para el otro, porque al final del
día ambos me gustan tanto que sería muy tediosa la semana sin ellos y la tenaz
lluvia, allí, mojando mucho de a poquito y tenía una reunión en la isla con un
cliente y me cambié, tomé mi paraguas y salí a su encuentro en sus lujosas
oficinas. Realmente estaba cansado. Toda la semana de mucha actividad social,
medios y la vigilancia permanente al caso venezolano que me parece divertido
porque como les he dicho es en cámara lenta y muchos no me creen porque quieren
que se vayan de boca y dejen los dientes pegados en el quicio y resulta que
esto es inédito, no existe ese códice medieval que nos ilustre en cómo actuar y
llegué a la reunión y una joven dama me ofreció asiento, café y agua y
desenfundé mi teléfono y llegó ese mensaje de mi amigo Olaf quien me informaba
lo de las cuentas congeladas en Suiza, no mis cuentas, sino de los siete personeros
que paso a nombrar y allí me pidieron que entrara para comenzar.
El día parecía
londinense, frio tal vez gélido para los estándares miamenses y terminó la reunión
que la hice pensando en la noticia de Olaf y leí con beneplácito que el
gobierno Suizo al fin le pone el cascabel al gato y tiene Diosdado, Tibisay Lucena,
EL General Benavides, Mikel Moreno el Director del DIM, de cuyo nombre no
quiero acordarme como lo escribiera Cervantes; si, no podrán manejar más sus
cuentas porque están congeladas como este día gris y frío que les describo y un
calor tibio se apoderó de todo mi cuerpo y el cansancio desapareció y la
esperanza me dio esa sensación meliflua, amable, confiada que solo ocurre
cuando se da algo que tienes tiempo pensando en ello.
Salí
caminando y la lluvia seguía poca, una garua pero estaba contento, por la reunión
y porque la justicia funciona y decidí no abrir mi paraguas para que el agua
bendita me mojara y era de noche pero lo sentía como si fuera un día diurno de
verano y la gente me daba las buenas noches y todos como que sabían lo mismo
que yo porque a todos veía sonriendo, amables, es la visión selectiva de mi
pensamiento.
Definitivamente
en la vida las cosas tienen su tiempo, la madurez democrática, el resurgimiento
de un nuevo y sorpresivo liderazgo basado en valores universales, es algo que
ha sorprendido a propios y extraños.
Ellos
estudian sus opciones: Guantánamo, Turquía, Rusia o el Méjico de López Obrador,
mientras el mundo observa su caída indetenible en cámara lenta.
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