VENDEDORES
DE SENTENCIAS
Lo
entrevistó la periodista Carla Angola.
Todavía
recuerdo cuando llegó alguna vez a Miami, defecado, por decir lo menos. Su tensión
arterial volando y me llamaron para que lo ayudase y allí me di cuenta que no
soy tan católico como pregono, ¡“por mí que se muera”! llegué a decir con
respecto a Luis Velásquez Alvaray, ex magistrado, cómplice, guardián de los secretos
más oscuros de Hugo Chávez y la banda de los enanos quien dice denunció, pero
me temo que sin muchas ganas.
Velásquez
arguye en el programa de Carla que esa banda de los enanos, denominada así a
todos aquellos que formaban una suerte de ejército silente de los que vendían sentencias,
que tenían su propio precio dependiendo de a quien solicitaban la libertad,
dependiendo si era de los de ellos o de los
otros, dependiendo de cuanto había robado para poder robarle,
dependiendo de con quien estaba enchufado y a que parte de la sección de pillos
pertenecía, si, esa banda que actuó cuando él era Presidente de la Judicatura, ¡una
pendejada!
Esa
banda que el mismo Velázquez acusa de la muerte del fiscal Danilo Anderson a
quien mandaron en un pasaje expedito hacia el cielo cuando su vehículo explotó
en aun circunstancias por averiguar, pues, esa banda Velázquez Alvaray, era tu
banda, con la que conviviste, con la que compartiste la hediondez de la
injusticia que tu regentabas para ahora salir frente a las cámaras aduciendo y comportándote
como un gran caballero. Solo hace falta preguntarse a quien no complaciste para
que ahora estés en el exilio en Costa Rica.
Me
da mucha risa, porque recuerdo que en aquellos años aciagos donde yo también estaba
recién llegado, mi ex amigo Orlando Urdaneta tuvo contacto con él, (con Velázquez
Alvaray) y el valiente juez entró en depresión y llamaba con asiduidad a la
mujer, a la novia, la querida, ¿Qué importa quién era? Y su presión sufría de
la ciclotimia de los cobardes y no crean que me he vuelto malvado y falto de
piedad, pero es que ahora mismo el que acusa a todos de ser vendedores de
sentencias, fue el que más vendía y a la vez compraba sentencias, ordenaba, con-chupaba, participaba en la fiesta, las regalías de ser todopoderoso y a la vez
de tener acceso directo a su dueño Hugo Rafael Chávez Frías.
¿Dios
santo, que ha pasado en este país de gentuza como esta?
¿Cómo
pueden dominar nuestros destinos ignorantes de esta talla? ¿Qué podrá saber un
Comandante del Ejército de como gobernar un país lleno de gente tan compleja y
acomplejada?
Les
tengo malas noticias: aun, con el presidio de oficiales probos, admirados
alumnos míos, sigue ocurriendo esta abortiva práctica de vender sentencias
impuesta en los tiempos del depauperado Doctor Luis Velázquez Alvaray.
Preguntemos por los destinos del Capitán de Navío Luis de la Sotta, Capitán de Navío
Luis Ojeda Pérez o Capitán de Corbeta Macsotay y la conclusión no se hará esperar, para entender que no solo nada ha
cambiado sino que se ha empeorado con la participación de patanes como este y
la complicidad de Luisa Ortega Díaz.
Excelente explicación de como está basura con ropaje institucional destruyeron a Venezuela
ReplyDeleteExtraordinaria explicacion del excusado en que estos malandros convirtieron la justicia en nuestro pais!!
ReplyDelete