UN VIENTO
DE LEVANTE
Fue
un buen fin de semana, dos libros pasados por las pupilas, poca ingesta de
alcohol, una cena con la escritora, oración, ejercicio, meditación, jacuzzi y
paz.
He
terminado un libro que apenas compré el jueves en la noche. Su autor, un español
encantador y simpático como todos ellos, cautivó a todos sus escuchas en la presentación,
realmente me vendió su literatura y yo la compré gustoso.
Ricardo
Eiriz, nos habló del método INTEGRA, para recuperar tu poder personal, borrar
de tu subconsciente creencias y traumas absurdos y seguir la vida desde la
perspectiva de la felicidad.
En
la contraportada de su libro se habla de él: “Es una persona cuya profesión es
ser feliz y todas las experiencias vividas al elegir esta profesión no tienen
mayor importancia, es Embajador de la paz y la buena voluntad de San Cristóbal
de las casas en Chiapas, Méjico, ante la UNESCO”
Si,
lo terminé de leer antes de la media noche del sábado. Otros pendientes también,
como “1093 tripulantes” del Capitán de Navío Héctor Bonzo, quien narra de
manera inigualable los aconteceres del General Belgrano, hundido en aguas de
las Malvinas en 1982.
Me
preguntaba; ¿esta es la vida que deseas tener? Y la respuesta de mi
subconsciente fue afirmativa inmediatamente, si, si lo es, es silenciosa, es
meditativa, es divertida, es inteligente, es amable, es amorosa, es gentil, me
temo que también es glamorosa.
Unos
mariscos salteados con ensalada de berro, arroz blanco de jazmín, un par de
cervezas Samuel Adams de la estación, una copa de helado de chocolate con
frutas y una siesta, ¡me hacía falta! Y ella llegó a decir, muy ligera de
ropas: ¡no existe un mejor restaurant que este! Y mi ego se esponjó.
Todo
esto sucedió después de venir de orar en la iglesia de Saint Raymond, en el
oratorio perpetuo, porque me temo que me adelanto al pecado y pido perdón
antes.
La
tarde color malva, nos invitó al jacuzzi y nos sumergimos en las hirvientes
aguas para luego ver el anochecer en el banco de la esperanza, donde el tráfico
marítimo era intenso, de yates lujosos, veleros amables y botes poco más
comunes pero lindos y la brisa traía a la cara esa suerte de rocío salado que
me recordó a los vientos de levante en Gibraltar.
Recuerden
que su vida, por sencilla que parezca, por lujosa que luzca, por glamorosa o
humilde, realmente no es ella, sino como la cuentan.
Estos
vientos nacen en el mediterráneo central y en las proximidades de las Islas Baleares,
pero ¿no creen que es sublime y también legítimo, compararlos con estos chuscos
vientos de la Florida, cuando el alma y la psiquis se encuentran inspiradas?
Aprovechen
estos momentos, me refiero a los de inspiración. Aprendan a buscarlos y saboréenlos,
porque debemos aprender a vivir, porque más pronto que tarde entenderemos que
morir ya lo sabemos todos.
Gracias por inspirarnos nuevamente Bernardo. Ciertamente, para mi son momentos de masticar y saborear cual exquisito bocado la idea que bulle, inspira y desafía mis modestas capacidades e induce a sumergirme con alguna planeación básica en las teorías y referencias que le dan vida, ajustar propósitos y alcance, contrastar con la realidad de mi contexto, justificar el sueño de su puesta a punto y prueba inicial, y desde allí regresarme al inicio, a intentar levar anclas a sabiendas que la lucha será entonces, mantener vivos deseo, determinación y disciplina para intentar llegar razonablemente seguro al puerto de destino. Aprender a diario de errores, malas decisiones, fracasos e incipientes triunfos bien valen la pena. Fuerte abrazo.
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