EL
CONTRARIO DE LA MUERTE
Es
como una marchita luna de miel, de repente te das cuenta que ella nunca fue la
mujer correcta o al menos no la disfrutaste, no hubo risas desternillantes,
tampoco buen sexo y pasaron los años y pasaron y se fue la vida, porque sé que
estás pensando que el contrario de la muerte es la vida y estas muy equivocado,
estás absolutamente perdido, porque no lo es.
El
que llaman el “horror vacui” en latín, ya lo perdí, es el miedo a la muerte, no
sé porque me ha pasado, pero lo perdí.
El
contrario de la muerte es el acto de nacer, porque la vida se encuentra exactamente
entre los dos puntos. Es como la felicidad en el verbo ser o el estar; y paso a
explicarlo mejor: ¿realmente estás viviendo?, ¿estas completando esa historia
que te imaginaste? ¿Estás escribiendo esa historia que querías? ¿O aun la
quieres?
La
vida no es el punto, la vida es una jornada, que puede ser encantadora y amable
u hostil y sufrida.
He
pasado toneladas de tinta por mis pupilas en esta materia, lo que no me hace un
docto, pero me ha dado un criterio gentil y laxo para entenderla: “los dientes
siempre se caen primero que la lengua cuando nos hacemos viejos, porque los
dientes no son flexibles” y eso me lo dijo mi Padre al que recuerdo con una
sonrisa y admiración.
Después
de ser absoluta y radicalmente competitivo, sí, me ha dado por dejar ser y
pasar. Intento no disgustarme, a veces sin mucho éxito, porque cuando lo haces
te embruteces, te vuelves bruto por momentos, quisieras matar a alguien, nombrarle
la madre, ofenderlo de una manera desproporcionada, que le ponga de rodillas y
que esa ofensa continúe martillando su psiquis, hasta que muera y eso me da
risa.
Cuando
salimos del jardín y nos enfrentamos al mundo que no es perfecto o al menos no
lo es de acuerdo a nuestro criterio, sin estar preparados, simplemente nos
frustramos, rabiamos, nos enfermamos porque bajan nuestras defensas por la producción
de cortisol, pero si entendemos que estamos en la jornada de la vida, si
entendemos como lo dijera Platón que cada quien libra sus propias batallas y
que ese empleado absurdo y hostil puede tener sus propios problemas e
intentamos ponernos en sus zapatos para poder cambiar su antipática polaridad
conductual, pues ese corto camino es más amigable y la pregunta que cabe: ¿no
deseas para ti y los tuyos un mundo más amigable?
Esta
corta jornada, explicada “in extenso” en mi libro DIVINOS, LUEGO HUMANOS, será,
al final del día la que tu escojas, la que tu decidas y la que te haga feliz.
El
contrario de la muerte es el nacimiento, lo que hay entre esos dos puntos es la
fiesta o el infiero.
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