LA PLUMA
DEL POETA
Si,
pudiese ser lo mismo, el instrumento es lo de menos. Pudiese ser por ejemplo la
paleta del pintor, el cincel del escultor, el serrucho del ebanista, el beso de
la prostituta.
¿Raro
esto verdad? Y son raros porque son arte. Específicamente la última, cultora
del sexo lo hace con maestría debido a una extensa práctica.
“Hace
del hombre honrado uno sin honor, del fiel un traidor, que parece ser así como
un malhechor demonio que se esfuerza en trastornarlo todo, en embrollarlo todo,
en destruirlo todo…tiene una influencia
perturbadora sobre los más importantes negocios, que interrumpe a todas
horas las ocupaciones más serias, que con frecuencia hace cometer tonterías a
los más grandes ingenios”
Así
se expresa Arthur Schopenhauer del amor, por eso están entre comillas y yo creo
coincidir con él, porque me ha pasado más veces de lo que la prudencia y la
inteligencia deberían permitir, he mentido, he llegado a decirle a una Norteamericana
que soy el dueño del Castillo de Puerto Cabello donde la llevaré a vivir en esa
exótica tierra y estaremos vigilados por mis tropas reales desde un fortín que también
es mío llamado el Fortín Solano y ella suspirando me ha preguntado si tengo
caballos y le contesto que muchos, demasiados, más de los que necesito y pienso
en secreto en los caballos de fuerza del motor de mi viejo Ford Mustang, cuyos
caballos de fuerza desconozco pero son muchos para mí.
Me
he enamorado muchas veces y me han botado otras tantas y le he perdido el miedo
a todo después de haber tenido aquella sórdida relación con la cubana voluptuosa
y curvilínea, ¡ya ni a la muerte le temo después de ella!
Así
son las cosas y hoy no es el día de cupido, no, es el día de San Valentín,
santo católico como yo, no por lo santo, sino por lo católico. Fue un devoto
sacerdote romano y además mártir de la iglesia por aquella época del Emperador
Claudio II en el Siglo III y el prefecto
de Roma, de quien quiero recordar perseguía a esa nueva e ilegal religión católica,
le puso preso y ordenó, después de golpearlo con palos, que lo decapitaran. Su mérito
está en amar y en casar en secreto a muchas parejas, con el sacramento eclesiástico,
allí verdaderamente está, fue un casamentero, recuperó de la herejía a muchos
matrimonios y les bendijo con el poder que solo Dios da. Gracias a Dios que
terminé con la cubana y que San Valentín no andaba por todo eso, porque hubiese
cometido un terrible error.
Si el Tìo Simòn le regalò a su esposa Betty el Mar de las Antillas, tù puedes regalarle el mar de los Sargazos o lo que quieras a tus musas, eso sì, no te atrevas con la isla Rey, de la cual soy Gobernador vitalicio!
ReplyDeletemi cuota de apredizaje en este dìa, saludos Jr...y que no te boten màs....
ReplyDelete