EL EFECTO ZEIGARNIK

EL EFECTO ZEIGARNIK

            Todo tiene una explicación y lo que aún no, es producto de la fe, que ya es una. Cosas que no recuerdo porque ya están hechas y me hago el tonto afirmando en silencio el comentario de un lector.

            Ahora mismo tengo para escribir montones de artículos sin parar, podríamos hacer los siete de la siguiente semana, pero no, siempre les dejo su tiempo de maduración, ese que necesitamos todos, no se trata de escribir mucho sino de ser leído.

            Yo no me explico y por ende debe ser producto de la fe, que me impulsa a escribir a horas infames, lo que si se muy bien es para que escribo.

            A principios de siglo pasado, específicamente en 1927 la psicóloga rusa Bluma Zeigarnik observó algo que acabo de comprobar en el restaurant: los camareros son capaces de memorizar una larga lista de pedidos, pero olvidan inmediatamente lo que ya sirvieron. Eso también la pasa a Usted. Me explico mejor: tengo lectores que me hacen referencia a un artículo del 2012, a un capítulo de mi segundo libro, a la trama de una parte específica de mi novela del 2014 y ciertamente lo recuerdo, pero vagamente, por cuanto ese ya es un trabajo que mi mente da por terminado.

            Los sujetos del estudio en cuestión efectuaban entre dieciocho a veintiún tareas, tales como enigmas, crucigramas, problemas aritméticos y la mitad eran interrumpidos y eran las más recordadas las tareas no terminadas, pero sobre todo las tareas no estructuradas, como es el caso de escribir este blog o una columna de opinión para el periódico de la ciudad.

            A esta altura de la vida y de las letras, no aceptaré que me impongan como escribir. Tan solo solicito por respeto a la diagramación el número de caracteres que se necesitan y apoyo mi pensar en eso, es la única forma que acepto, porque lo demás forma parte de la invención y la iniciativa que no puede ser coartada con el pensar del editor, que poco o nada sabe de la materia, porque si no fuera así no me contratara y lo haría él.

            Somos con frecuencia infamados, denostados por las personas cercanas de ser distraídos, fenómeno reciente en mi actuar, por cuanto debo estar pensando permanentemente, cada pequeño evento es una historia, cada contacto con otro humano es una novela, cada conversación y con más frecuencia, cada noticia es un nuevo artículo.

            Vamos a donde voy, querido lector: si desea ser escritor no se mortifique y séalo a tiempo completo. Entienda que su memoria recordará los trabajos por hacer y borrará los ya cumplidos. Si desea ser un escritor famoso trabaje más que cualquier otro, si desea ser un escritor famoso con prestigio, deje de dormir y comer, pero lo que no puede olvidarse es de divertirse con la magia de las letras, por cuanto debemos remitirnos a mi admirado Jorge Luis Borges: “si escribes para comer, lo más seguro es que ni comas ni escribas” de manera que ya descubrí porque somos así y de que se trata este oficio de locos.