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Monday, June 11, 2012

MIEDO A LA MUERTE

La metafísica de la muerte y la metafísica del amor, son dos libros en uno, escritos por el inolvidable Arthur Schopenhauer, donde describe con descaro y con rubor a la vez, estos dos fenómenos que a todos nos ocurrirán. El miedo a la muerte no es tal, porque el morir forma parte de la vida, pero aunque todas las religiones monoteístas y pluriteístas, nos indican que existe una vida mejor que esta en alguna otra parte, les confieso que prefiero tomarme un barato y caustico ron Bacardí, en esta tierra pecaminosa y llena de intrigas y maldades, que ingerir un Whisky Buchanan de dieciocho anos en alguna parte del santo cielo. Hay dos miedos primarios y que paradójicamente son aprendidos en sociedad: el prenombrado miedo a la muerte, por el sencillo hecho de no querer separarnos de nuestros afectos terrenales y otro, que es el miedo a hacer el ridículo y por ello, pocos son los artistas, los oradores, escritores, poetas y cualquier otro tipo de juglar que exponga a la sociedad sus invenciones. Decía mi admirado Cabral, que por cada estruendosa bomba que se escucha en cualquier campo de batalla, existen millones de besos silenciosos y es allí donde está el meollo de este escrito. La muerte inexorable no nos preocupa tanto, como la forma en que moriremos y lo escandalosa que esta podría ser, lo dolorosa tanto en el soma como en el alma y ver sin cumplir los proyectos planteados, sin darnos cuenta que la vida es un proyecto en si, que en la madurez, por la natural cercanía al desenlace fatal, hacemos esos exhaustivos exámenes de conciencia que atribulan lo desandado en esta corta respiración que en el mejor de los casos solo llega en promedio en los Estados Unidos a los setenta y ocho anos de edad y es que nos resulta un respiro, cuando estamos en la recta final. Federico Nietzche, afamado filósofo Alemán, mejor conocido como el anticristo y quien fuera un furibundo contrincante de la fe católica, de vida interesantemente insensata y quien mantenía una patológica relación incestuosa con su hermana, al momento de morir, se convirtió como es lógico, a la fe del Dios de Judea y cerró los ojos sabiendo su equivocación y teniendo la esperanza de la resurrección. Lo escrito allí está y también lo estudié en la mocedad, pero lo importante es la corrección al desvío y lo mismo en “Así habló Zaratustra” que en “Mas allá del bien y del mal”, tenemos lecciones de vida y de muerte. Chávez tiene una ventaja. Nada ha escrito, todo lo ha destruido, no mantiene afectos terrenales, posee varias religiones de acuerdo a la geografía donde le lleva su avión y lo más importante es que está seguro sobre cual será la causa de su muerte. Seguro estoy sobre su lamento al malgastar el recurso natural mas importante de los mortales, el cual es el tiempo, en una chusca revolución que tampoco es tal, por eso, debemos aprender a vivir y a amar, porque de morir bien sabemos todos.

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