LA ACEPTACIÓN
DE LO PEOR
Es un concepto de un libro que he leído
antes de 1979, titulado ‘’La importancia de vivir’’ de Lin Yutang y que el
autor del libro que ahora mismo estoy leyendo y que por su título nunca hubiese
comprado sino fuera por Dale Carnegie, el citado autor de ‘’Cómo suprimir las
preocupaciones y disfrutar de la vida’’ que aunque usted no lo crea, me ha
puesto a meditar y además me obliga infamemente a alejarme aún más de las masas
y paso a explicárselo mejor.
De acuerdo con su criterio ¿qué es
lo peor que nos puede pasar? ¿caer en banca rota?, ¿una enfermedad penosa y
terminal?, ¿la muerte?, podrá usted seguir alimentando la lista de lo peor y así
darse cuenta de la luminosa vida que tiene.
Yutang sugiere que: ‘‘La
verdadera paz de espíritu viene de la aceptación de lo peor. Psicológicamente,
creo que esto significa liberación de energía’’
Basado en lo anterior, un individuo
que estoy seguro que usted sabrá quien es, seguramente si ve la marca de alguno
de sus equipos como su aire acondicionado o refrigerador de nombre Willis H.
Carrier, propuso lo siguiente, que liberará toda su ansiedad hacia el desastre,
haciendo tan solo tres cosas:
1. Pregúntese:
¿Qué es lo peor que puede sucederme?
2. Prepárese
a aceptarlo, si ello es necesario.
3. Después,
tranquilamente, proceda a mejorar lo peor.
Luego de haber terminado con los tres pasos anteriores, le sugiero que
tome acción y se ponga a trabajar con ahínco en el número tres.
Esta obra me ha enseñado algo de suma
importancia que el Dr. Alexis Carrel apuntó de la siguiente manera: ‘’Aquellos
que no saben como combatir la preocupación, mueren jóvenes’’ ¿Qué les
parece?, usted y yo conocemos a esas personas preocupadas, responsables en
exceso, puntuales de manera enfermiza, exactos en el cumplimiento de lo que
ellos asumen como su deber, peor aún, defensores a ultranza de alguna cruzada
que psicológicamente les haga pertenecer a alguna tribu y se gastan y desgastan
complaciendo a quienes no estarán con ellos en el lecho de su muerte, si es que
tienen la suerte de hacerlo allí y no en la oficina que les reemplazará luego
de las exequias en menos tiempo del que se enfría el cadáver del preocupado.
Nada importa tanto, como lo dijo Antonio
Gala, excepto el ‘’memento mori’’ esa frase en latín que me hace en lo
personal, vivir con la urgencia de complacer, de reírme, de disfrutar, en fin,
de vivir mas y mejor y por ello por lo de mas que de mejor, aunque parezca un
trabalenguas, he decidido no preocuparme sino ocuparme que es el agregado
correcto a la sopa.
No se dé mala vida tratando de entender la
subsistencia, ¿para qué?, simplemente tome acciones como cuidar su salud, mas
la mental que la física, en ese orden, porque no es una casualidad que en los
manicomios no existan o al menos sean muy pocos, los pacientes con cáncer. En
la famosa clínica Mayo, se estima que la mitad de las camas de hospital,
estaban en aquellos años, ocupadas por personas con padecimientos nerviosos.
‘’En la vida, casi todo proviene de
casi nada’’ Amiel.
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