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Thursday, October 1, 2020

QUE TE VEAN COMO EXTRAÑO

 

QUE TE VEAN COMO EXTRAÑO

            ¿Pero tu estas loco, te vas a ir estando en plena fila para entrar al cine?, me preguntaba asombrado mi amigo Gustavo cuando se estrenaba Star Wars, pero estábamos a cien metros de poder entrar al teatro y me parecía y aun me parece, una verdadera pérdida de tiempo. Eso fue cuando tenía catorce años, ahora imagínense ahora.

 

     Siempre en contra de la manada, siempre al contrario de las tendencias absurdas y cuando en Semana Santa todos iban a la playa, me quedaba en la ciudad disfrutando de los restaurantes. Siendo niño nunca pude entender que mis congéneres se tiraran al piso desaforados a romper las rodillas de sus pantalones por obtener unos juguetes baratos que caían de la piñata y con el tiempo me temo que sigo confundido cuando no solo veo a los niños, sino a algunas madres hacerlo también, pero dejemos eso, que ya tengo bastantes años que no asisto a una de esas fiestas absurdas.

            Para saludar deberá agregar ‘Patria, socialismo o muerte’, ordenaron y por escrito en aquellos años absurdos, donde los pusilánimes apoyaban a Chávez y el silente saqueo que luego fue a voces y como ustedes podrán inferir, eso no es un saludo y por tanto no lo obedecí ni lo obedeceré y resulta que nadie me llamo la atención por no ser tan ridículo como ellos.

            Siempre consideré un absurdo que llevaran a los cadetes en fechas patrias en horas de la madrugada para que desfilaran y el gobierno en pleno, empezando por el presidente, llegaban casi al mediodía y me prometí al graduarme que nunca lo haría, o ¿no se han dado cuenta que los países desarrollados, los que ganan guerras, no desfilan? Y lo cumplí, nunca desfile, porque estaba haciendo mi trabajo en vez de pantallear que éramos fuertes.

            Estimados lectores, solo observen a las débiles mentales que usan todas las mismas carteras o los mismos zapatos o vestidos, el mismo corte de cabello, ¿Qué importa? Y muchas saben que no les queda bien, pero se ven en la obligación psicológica de calzar los zapatos sociales sin entender que siendo diferentes son mejores y se alejan de lo que el autor, famoso e inteligente autor norteamericano, Robert Ringer, llamó como los ‘miliguales’ que traduce a miles de personas que quieren ser iguales. Resulta mis queridos lectores, que yo no quiero ser igual a nadie y les conmino a que lo hagan, a que se diferencien, a que hagan y ejerzan derechos inalienables como el tener una personalidad, solida, única, veraz.

            Mantengo algunas máximas en mi vida a las que les doy fiel cumplimiento: por un hombre solo espero quince largos minutos, a partir de allí no acepto mas abuso, sea quien sea y por una dama solo dos semanas si es que acaso pudiera tener algún interés de corte sexual, porque si es laboral aplica la primera regla, de manera que me encanta que a mis alumnos y a mi nos vean como personas extrañas en el mundo que intenta igualarlos a todos.

Bernardo Jurado pertenece a ‘Jurado Grupo Editorial’ para autores noveles y consagrados.

           

 

4 comments:

  1. Excelente escrito, estimado Bernardo.
    A mis hijos, siempre los alenté a tener una personalidad propia, así contrastara con su entorno, que no fueran la copia de otro y menos, si ese otro era un payaso.

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  2. Autenticidad y determinación hacen la diferencia!
    Check Six!

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  3. Te pareces tanto a mi 🎶🎶🎶🎶
    Excelente escrito mi estimado Editor.

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  4. «Se ríen de mi porque soy diferente; yo me río de ellos porque todos son iguales» (Kurt Cobain, el cantante de Nirvana)

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