EL VENDEDOR
DE PAÑUELOS
En
este mundo donde los izquierdistas lo que saben es llorar, berrear y quejarse
de todo. En este mundo donde los comunistas ignorantes y resentidos solo saben
buscar la igualdad en todo género, sin haber estudiado, sin haber trabajado y
sin haber producido, solo se les podría conseguir un solo mérito, el cual es
ser perseverantes y en este ejercicio incluyen la trampa, operan todo el tiempo
sin descanso hasta lograr hacerse del poder, para luego desde su
desconocimiento manejar, manipular y estropear economías completas, sistemas de
salud, fuerzas armadas y cualquier otro tipo de producción, pero a lo que
vamos, que no debemos quejarnos, la queja solo trae pobreza y oscuridad.
Me
comentaba un amigo quien se copió una frase hecha que: “el conocimiento es
poder” y yo le dije que tenía solo parte de la razón, porque conozco a muchos
doctos, académicos, escritores, buenos estudiantes compañeros de mis aulas que
no solo no tienen poder, sino tampoco dinero, ni calidad de vida, entonces ¿es poder
o no?
El
conocimiento es poder si se logra imbricar con una acción, sino no sirve para
nada y esa es la razón por la cual las universidades han sido un semillero de
comunistas. Estudian, o juegan a hacerlo, se gradúan por ósmosis, otros lo
hacen por inercia y los más por la fuerza de gravedad y se creen cultos y
llenos de conocimientos y lloran por la igualdad social, la igualdad económica,
la repartición equitativa de la riqueza que ellos no saben producir y siguen
llorando hasta que por la presión y la propaganda de venderse como pobrecitos,
una sociedad toda les da la oportunidad de destrozarla.
Mañana
es 4 de Febrero, día en que Hugo Chávez y otros pobrecitos dieron un golpe que
costó unas cuatrocientas vidas y con tan solo dos años de prisión, ¡pobrecitos!,
le permitieron acceder al poder y siguieron llorando y apretando el tornillo de
la paciencia hasta aislarlo y expropiaron sin tener la más tibia idea de cómo
se produjo, robaron y lo siguen haciendo, nombraron comunistas para la economía,
generales para petróleo, coroneles gobernadores, médicos como fiscales,
meretrices como ministros o ¿ministras?, asesinos como jueces.
Nada
saben, nada quieren sino el poder sin conocimiento y por eso debemos ser
implacables en la administración de la justicia y los cargos, pero nosotros los
ciudadanos debemos dejar también de llorar y comenzar a vender pañuelos a estas
larvas y asumir la responsabilidad de a quien votamos en las elecciones que vendrán
algún día, para evitar a los Chávez y a las Kirchner.
Me
gusta esa analogía ante los llorones, quejones, nubes negras, porque aquí en
los Estados Unidos alguien se estaría haciendo millonario vendiéndoles pañuelos.
Lo que si es cierto es que el comunismo castra toda posibilidad de invención y
crecimiento cuando te dan la migaja y te acostumbras a ella, mientras que en el
atacado capitalismo tu eres el dueño de tus decisiones y de tu fábrica de pañuelos,
que seguramente podrás exportar con éxito a Cuba, Venezuela, Argentina y Nicaragua.
Bernardo Jurado es el autor de “La fragancia de la rebelión” y ocho
libros más, todos a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de
Miami y el mundo.
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