EL ESLABÓN
ROTO
El
bocón de Diosdado Cabello, amenazó, ordenó también al normalmente intoxicado
gobernador de Vargas, el General García Carneiro la detención a toda costa.
Infiero que los jefes de la inteligencia se encontraban crispados, confundidos
y por supuesto faltos de inteligencia, como nos han demostrado. Ya no podrán
detenerlo, así se los ordene el propio Nicolás Maduro, porque continúan arrestados
aquellos que cumplieron la orden y el desleal jefe los acusó, de manera que allí
está roto el segundo eslabón de esta cadena.
Seguramente
acariciaron la posibilidad de acudir al Ejército y no hizo falta hurgar mucho
para entender que nadie hace caso al negro Chourio, actual comandante general,
pero es que esa sombra de ser el perro faldero y con frecuencia cabrón de las
cuitas sexuales de Chávez, pues, pesa mucho, ¿no creen?
Acudamos
entonces a la Armada, si, a la Infantería de Marina que siempre han estado con
la revolución y tampoco se necesitó una excavadora para entender que a flor de
tierra yace la insubordinación; y se preguntaron: ¿y la Fuerza Aérea? Y no se escuchó
respuesta porque era evidente.
El
Presidente Juan Guaidó, no solo anunció que vendría, sino que lo hizo y el
amenazante Diosdado tuvo que envainar el sable sin sangre y tragarse sus
palabras y su estilo gansteril y allí les va el cuarto eslabón y ya podrán
buscar entre líneas los anteriores que faltan.
Fue
recibido por funcionarios gubernamentales, se le pasó revista al pasaporte y se
refirieron a él como “Presidente”; la Guardia Nacional estuvo allí, la policía también
y la multitud aplastante de las dudas le acompaño. Los colectivos guardaron el
silencio de los cobardes y hasta se montó al techo de la camioneta que le
llevaba para saludar y no hubo franco tiradores.
Como
bien lo escribió el admirado escritor Arraiz Lucca, estamos frente al inédito
efecto Guaidó, pero no es el solo, lo somos todos, porque como lo he escrito ahora
sabemos lo que no queremos, ahora entendemos de nuestros errores, nuestras
falencias, nuestra vocación de rapiña, que quedará eliminada porque el dolor ha
sido inconmensurable, al asalto grotesco y la vulgaridad extrema. Ahora el
venezolano ha cambiado por la vía rápida, la cual es el hambre y la necesidad,
pero con conciencia de re-educar a esas generaciones que ninguna otra cosa
conocen que no sea la violencia, la viveza, la vacuedad, la vagancia y el
dinero mal habido, ahora ya sabemos, ya intuimos, ya sospechamos cual es el
rumbo a seguir, porque los otros, los saqueadores ya hartos de la satrapía no
encuentran adeptos y cómplices, se les acabaron, porque la mierda huele a eso así
sea en el Palacio de Versalles o en Miraflores.
Mis
queridos lectores, el día de hoy se ha comprobado que esta cadena de dolores y
hambre, tiene un eslabón roto.
Bernardo Jurado es el autor de:
"La fragancia de la rebelión"
a la venta en Amazon.
Excellente hermano , lo veia en la camioneta montado en el techo y en la tarima y pensaba : Dios y si hay por alli un franco tirador? Mucha gallardia y valentia, muchas banderas y gritos de bienvenida
ReplyDeleteCuanto trabajo nos queda por hacer para reconducir la Armada, lo moral, lo profesional y lo espiritual. Que daño nos han hecho coste, evaluación de daños esta por un 60%...
ReplyDeleteCon esta frase recomendamos asumir riesgos cuando sea necesario, esperando que estos riesgos sean recompensados, como a veces les ocurre a los emprendedores, y no ser timoratos. Este dicho es de origen culto, pues viene del verso de Virgilio Audentes fortuna iuvat: La fortuna ayuda a los audaces.
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