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Tuesday, August 20, 2024

CUENTOS DEL MAR, UNA EXTRAÑA LUCIDEZ

 

CUENTOS DEL MAR

UNA EXTRAÑA LUCIDEZ

            Allí lo veo, el promontorio pirata que llaman el Morgan Bluff, que es importante por dos cosas: la primera es poque haciendo fijas corridas sobre mi rumbo, me sacará de la permanente duda de en qué parte estoy, en referencia a mi situación geográfica, que como usted podrá comprender, mi querido marinero, en la inmensidad de la mar, perderse traería consecuencias funestas en la comunidad de la gente de mar y siempre le recordarán como el capitán perdido y usted lo único que tiene, lo único que realmente le pertenece es su prestigio, porque ni siquiera su reputación.



            La otra cosa que posee importancia suprema del Morgan Bluff, es que se supone en cuevas documentadas y que pude estudiar en mi investigación antes del zarpe, unas que se encuentran muy cerca, se supone que están enterrados algunos tesoros del pillo Morgan.

            Voy al Rumbo Verdadero 093 y tomé para las 11:47 una marcación sobre el Morgan Bluff a 45 grados de mi rumbo, o sea, marcación al 138, de forma que esperaré cinco minutos, y haré otra marcación a las 11:52 porque voy a cinco nudos de velocidad y al cruzar, realmente es al trasladar una sobre otra y ambas sobre mi rumbo en la carta de navegación, allí estaré para corregir hacia Nassau, ¿sencillo verdad?

            Estos capitanes piratas hacían lo mismo que yo, se enfrentaban a la incertidumbre y eso, la incertidumbre, nos obliga a pensar, a corregir, a idear, a ser más lúcidos y usar las pocas herramientas que poseemos para lograr nuestra supervivencia. Cabe destacar que llevo a bordo un GPS, tapado con el papel de una vieja revista Playboy que tiene una mujer desnuda y cinta pegante que conseguí en el basurero de la marina en Miami. También les recuerdo que llevo a bordo un teléfono satelital Iridium que uso, una sola vez al día por no más de diez segundos, para pasar un parte de posición a mi controlador, que certifica que estoy vivo. Lo he usado tan poco que todavía está full de carga, pero por otro lado he usado tanto mi ingenio que me ha hecho más resiliente. Como es de esperar, llevo mi VHF marítimo de 25 Watts, mi teléfono celular que debe estar en alguna parte de la sentina y que no estoy interesado en prender hasta mi llegada a Nassau.



            El humano postmoderno vive conectado y cuando no, esta frente a una pantalla, perdiendo neuronas, aburriéndose o ¿despensado?, ¿esa palabra existe?, me temo que no, pero describe perfectamente lo que quiero ilustrar: ‘’persona bajo hipnosis provocada, que no piensa, no siente, no vive’’, sí, creo que es eso lo que quiero decir.

            Prescindiendo de todo lo anterior en mi vida a bordo, les digo que he conseguido en mis libros, mis viejos libros de navegación, estima, astronomía y ciencias, además de las novelas y otras publicaciones, he conseguido y siento lo que les voy a decir, lo palpo, lo practico: he conseguido una extraña lucidez que me hace ver al mundo de tierra de forma diferente. Un mundo rápido que no sabe a dónde llegar, una inmediatez para lograr nada y un estrés propio de enfermos, de hecho, no es una casualidad que en los manicomios no hay pacientes oncológicos, o sea, con cáncer, ¿Qué les parece?, pero por otro lado en la Guerra de las Malvinas en 1982, se estima que fallecieron seiscientos diecisiete argentinos, hoy que navego y de acuerdo con el radarista del buque Gral. Belgrano, hundido por un submarino inglés y que se llama Roberto Grill, quien paso treinta y cuatro horas como naufrago en esas heladas aguas, se han suicidado veteranos en un número poco más del doble de los fallecidos en combate real.

            Llego el momento, es el tiempo, marcación 193 grados.

            Vive como en la mar, sin prisas, pero sin detenerte, porque como lo dijera el editor inglés Georges Bohn: ‘’La naturaleza, el tiempo y la paciencia son los tres grandes médicos’’

 www.juradogrupoeditorial.com




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