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Monday, January 6, 2025

UNA VIDA INCONDICIONAL

 

UNA VIDA INCONDICIONAL

Por: Alberto Lovera Osio

Escritor de Jurado Grupo Editorial

 

Un día como hoy 30 de diciembre, pero del año 1957 a eso de las 17:15 horas vine a este mundo en una flamante clínica llamada Clínica Miraflores, cuya ubicación era diagonal al Palacio de Miraflores en Caracas. Han transcurrido desde ese entonces 67 años.

            Cuando alguien me pregunta:

- ¿Alberto, en qué año naciste tú?, mi respuesta por supuesto es …en 1957.



 Los aficionados a la matemática inmediatamente calculan mi edad y me responden: -Ahhh!….  entonces tienes tantos años, -pero en un 99% no aciertan mi verdadera edad ya que yo solo viví un día y medio de ese año 1957, por lo que en general, pareciera que tengo un año más de edad de lo que en realidad tengo.

Otro dato curioso de mi nacimiento es que, en la madrugada del 1 de enero de 1958, la Clínica   Miraflores recibió unas cuantas bombas de las lanzadas      al Palacio por los insurgentes aviadores que daban un golpe al dictador del momento.

Gracias a Dios, esas bombas no llevaban espoleta detonante por lo que no pasaron de hacer más que sendos agujeros en la estructura de esta.

Los pacientes fueron evacuados a la calle y con milagrosa suerte, mi viejo logró llegar en una ambulancia del hipódromo a recogernos a mi madre y a mí y llegamos sanos y salvos a nuestra casa.

Esa fue mi primera experiencia cercana con la Fuerza Aérea Venezolana y de la que logré salir ileso, pero perdidamente enamorado.

De allí en adelante he venido viviendo una maravillosa vida y pienso seguir haciéndolo hasta que mi día llegue y me cruce con la muerte.

Si algún genio saliera de una de las tantas botellas que me encanta destapar y me dijera que me va a dar el chance de una nueva vida y que le gustaría saber cómo quisiera que esta fuera, simplemente le diría que quiero volver a vivir la misma vida que he estado viviendo.

No le cambiaría nada, porque ha sido una vida incondicional.



            Si, así mismo es, porque   tuve el amor incondicional de mis padres, encontré a la mejor mujer para formar un hogar y siempre he contado con su incondicional amor y apoyo, tengo los mejores hijos y nietos que me aman y apoyan incondicionalmente y por último, cuento con un contado y selecto grupo de amigos, que difícilmente se consiguen.

He vivido a mi manera, he conocido lo bueno, lo malo y lo feo, he hecho lo que más me gusta y encima me pagan por hacerlo y de mis errores aprendí a ser mejor persona.

No considero que haya tenido fracasos, más bien para mí, han sido difíciles experiencias de las que he salido airoso y aprendido, por lo que sinceramente, no creo que pueda existir una mejor vida que la que tuve, tengo y confío en seguir teniendo.

La vedad es que; como reza el lema de mi amada Escuela de Aviación Militar:  

“La fortuna ayuda a los audaces”; yo me considero un “afortunado audaz”.



 


 

 

 

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