LA ÚLTIMA FIESTA DEL BONNY EN
MIRAFLORES
Yo lo hubiese hecho igual, si señor, que Nicolás
Maduro quiera pagarme por una noche 60.000 dólares para cantarle el cumpleaños,
pues, me parece muy bien, ya que a mi me toma algunos meses hacer esa cifra.
El viceministro
de cultura de la querida República Dominicana, fue a cantarle su cumpleaños al
dictador de Venezuela y yo me pregunto si eso no interfiere con sus funciones
de Estado, porque ese funcionario es precisamente el cantante Bonny Cepeda cuyo
verdadero nombre es Fernando Antonio Cruz o es que acaso en ese país, los
ministros pueden matar tigritos, acepción un poco chusca que se usa en
Venezuela para describir a alguien que hace trabajitos fuera de su hora y función,
de manera que asumiendo que sí, los policías pueden ser también taxistas,
guardias de seguridad de discotecas y burdeles, los militares pueden usar los vehículos
oficiales para sus fines personales, salir con sus amantes, tal vez, ¿los
maestros seguramente podrán usar las instalaciones colegiales para invitar a
Bonny Cepeda a animar las fiestas de sus cumpleaños?
Probablemente
los médicos podrán también vender medicinas dependiendo del laboratorio que les
pague, no importa cual cargo tienes, si pides un permiso y haces otra cosa,
pues, fácil, nos olvidamos, nos hacemos los locos, en fin, eso es Latinoamérica.
Me
temo que una Cancillería seria, vería amenazado su trabajo cuando un
funcionario de alto nivel como el cantante en cuestión, acepta un pago a todas
luces exagerado de un gobierno maula, indeseable, hediondo, un gobierno que
tiene dos productos de exportación, los cuales son sus ciudadanos y la cocaína,
ambos indeseables, por cierto, de parte del gobierno dominicano, aunque con la cocaína
tengo dudas. Pero a lo que vamos que Bonny no es el culpable, quien si lo es
Nicolás Maduro, el traficante de dignidades que ha destrozado todo a su paso,
ha dado la inmensa cifra en un país donde la gente muere en las calles, donde
no hay vacunas al menos confiables, donde no hay comida ni gasolina, pero
basta, todo eso lo sabemos, como también sabemos el divorcio que tiene el
mofletudo monarca con la realidad, con su realidad o seguramente con la realidad
de todos, incluyendo la de Bonny el ‘ministro cantautor’.
Si a
Bonny solo, le pago 60.000 me pregunto a vuelo de pájaro: ¿Cuánto costó la fiestita
toda? Es una buena pregunta esta, como es un ejemplo para los demás países,
porque estos murcigleros llegan asegurando que acabarán con la pobreza y eso lo
cumplen a pie juntillas, la acaban totalmente entre sus familiares y amigos.
Me
temo que será la última fiesta de Bonny en Miraflores, porque seguramente
Maduro pensó que era un pacto tácito guardar el secreto del exagerado pago que
se le chipoteó al lambarero merenguero en un programa de radio, de eso estamos
rodeados, de nuevos ricos, hechos de un poder dado por los pobres.
Si,
creo que es esta la última fiesta de Bonny Cepeda en Miraflores.
juradopublishing@yahoo.com
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