LOS
SILENCIOS RELATIVOS Y UNA PEDRADA
Hay
silencios que hablan más que mil gritos.
La
escritora cubana me escribe desde Cuba, con la dificultad que eso conlleva, para decirme que desea nuestros servicios como
editorial, que revisemos su trabajo, que si nos gusta lo editemos y repartamos
el inmenso botín de la venta del best seller mental, pero eso sí, que no quiere
ni acepta dádivas ni ayudas desinteresadas.
Guardaré el
silencio de los Cartujos, no perderé mi tiempo en ser amable ante la “falta de
incultura” como diría cualquier político del chavismo que muy a la sazón son de
alguna forma como la escritora, nada saben del negocio, pero opinan, nada saben
de literatura, pero asumen la inmensa fortuna que ganarán con el oxímoron de la
Biblia en su más reciente testamento escrito por ellos y yo tomaré un silencio
relativo, mientras pienso, para no cometer ningún desafuero que funja como
diabólico exergo a la ruptura total de la relación que espero sea solamente
comercial. Es una buena práctica esta de guardar silencios relativos, porque
nos permite pensar antes de hablar y por ende nos hace prudentes.
Ahora falta
lo de la pedrada: yo la conocí hace diecisiete años en una fiesta y allí nació
una gran amistad, aunque yo no quería ser su amigo, sino su amante, pero guardé
silencio y tomé acciones. Llegamos a algo más sin dejar de ser amigos, buenos
amigos, y lo seguimos siendo. Ella era feliz y yo infiero que también y vino a
verme a mi apartamento de soltero y ya no guardé silencio y unimos nuestras
felicidades y me encanta, me enamora, sobre todo porque es físicamente bella y
sumamente culta, leída, curiosa intelectualmente, inteligente como la que más.
Con frecuencia me apabulla y esa es una sensación que me gusta mucho, porque no
es frecuente. Se baña en Mont blanc y viste como si fuera de los Windsor y la
vida comenzó otra vez; comenzó bien, llena de letras y gentilezas, de vida
social y risas, de prudencias y destemplanzas autorizadas y llegó ese momento
en que presentaría uno de mis libros y el restaurant estaba hasta el tope de
gente. Hablé por unos veinticinco minutos y las preguntas no se hicieron
esperar. En tiempo correcto, decidí cerrar el periodo de preguntas y la llamé a
ella al escenario. La luz nos iluminaba solo a nosotros y el público guardo
silencio, siempre el silencio, para no perderse que pasaría ante este
intempestivo llamado y allí, delante de todos le di una pedrada a quemarropa,
se lo merecía, ¡ya basta!
Sí, saqué
de mi bolsillo izquierdo la pequeña caja que a la vez tenía una luz que alumbraba
la piedra y le pedí matrimonio porque ese diamante es una buena piedra y eso
una buena pedrada; y dijo que sí.
Hoy está de
cumpleaños mi amor, la Doctora Doris Alicia Jurado y me he inventado varias
sorpresas, gratas todas, para que se sienta también apabullada, mientras guardo
un silencio relativo y la observo, con amor.
Felicitaciones a la cumpleañera y a los dos por ser una pareja feliz
ReplyDeleteFelicito a la Dra Doris Alicia de Jurado y celebro con la pareja el feliz acierto de su unión firme como la roca. Que siga cumpliendo muchos años, llena de salud, y unida a su principe del mar.
ReplyDeleteHola Bernardito, no tengo el privilegiNTE HONOR DE CONOCERLA, SOLAMENTE POR LAS FOTOS QUE HAS TENIDO A BIEN MOSTRAR MIS SALUDOS FRATERNALES CORDIALES CON LAS FELICITACIONES POR ESE EXCLUSIVO DIA Y MIS MEJORES DESEOS A AMBOS POR UNA ETERNA COMPRENSION, COMUNICACION, COMPLEMENTACION, PROSPRODAD Y ERGO DE TODO MAXIMA FELICIDAD
ReplyDeleteFelicidades. El tiempo todo lo ordena!
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