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Friday, April 10, 2015

DRAMAS Y CABALLEROS


DRAMAS Y CABALLEROS

                Asistí con todo gusto a la invitación en el restaurant japonés. Al llegar a la puerta me recibió una jóven, extrañamente asiática, como era de esperar. Era una suerte de japonesa light, buena moza por jóven, mas no atractiva ¡espero poder explicarme!

                Me saludó en inglés y le respondí cortésmente que seguramente había un grupo de personas que me esperaban y ciertamente, me volvió a responder en inglés y me pidió que la siguiera.

                Con genuina curiosidad geográfica, le pregunté de qué parte de Japón era y me respondió en inglés “from Santiago de Cuba” y guardé silencio.  ¿Será que la jóven me ha confundido con los nuevos ojos verdes de Sammy Sosa? ¿Será que mi pelo rubio la confunde y cree que soy anglosajón o caucásico?

                Mientras saludaba ella me observaba, me senté y le pedí un Arnold Pallmer, una encantadora mixtura de té con limonada, popularizada por el famoso jugador de golf, el segundo y al tercer vaso la capacidad cúbica de mi vejiga estaba agotada. Con una seña le pedí que viniera y ahora le hablé en español: ¿por favor donde queda el baño de hombres? Y me señaló en esa puerta a la derecha y le repregunté: ¿y el de caballeros? Y me respondió en correcto español: ¡es el mismo! De ninguna manera,  ¡un hombre no tiene que ser un caballero, pero si al contrario!  ¡Y me divertí!

                Llegó la colorida y bella obra de arte que comeríamos, ella, la jóven camarera, me seguía observando, era una interesante manera de fortaleza psicológica y le pregunté: ¿Cuál es la comida típica de Santiago de Cuba? Y me contestó NADA, o ¿es que acaso no sabe que en Cuba no hay nada que comer? Sonreí y le di la jugada, inteligente y atrevida, me encanta la japonesa- cubana, me encantan las mujeres inteligentes.

                 ¿Dama, por favor? Y ella me contesta con una cómplice sonrisa: ¡señorita, por favor!, le contesté que lo lamentaba pero en Miami hacen muchas décadas que no hay señoritas, que una Dama implica el señorío, pero seguramente habrán señoritas que no son damas, me dio la espalda y se fue.

                Apareció el Manager para preguntarme con cierta pena si había pasado algo con la camarera quien se encontraba llorando detrás y le contesté que no, que seguramente eso era una muy mala manera de manejar los conflictos que eso era en definitiva DRAMA Y QUE YO SOY UN CABALLERO, pero que no se preocupe que le dejaré una buena propina extra, por manipular con éxito a su Manager.

                Así lo hice y su mirada no la pude evitar, me sonreía y sabíamos ambos que ella ganó.
 

                Maduro ha armado todo un drama con aquello de las firmas, demasiados millones de firmas en tan corto tiempo, ahora las ha mandado a guardar en el archivo de la Nación como prueba de su drama, mientras caballeros cabales van a Panamá a reunirse y como lo hemos vaticinado ya no existe la diplomacia de la chequera…DRAMA, DRAMA, DRAMA Y CABALLEROS, seguramente ganará la inteligencia y la habilidad, como hizo la camarera conmigo.

2 comments:

  1. Qué inteligente manera, muy propia de tu pasmosa habilidad con la pluma, de poner en su lugar a quienes dicen haber logrado la hazaña de recolectar 10.484.000 firmas en una semana. Esas sì que se parecen a las planas que hacíamos en primaria, usando dos y hasta tres lápices amarrados en las manos. No jile!

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  2. Que bueno y simp[ático tu escrito, como todos. Saludos.

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