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Monday, August 20, 2012

PABLO, EL PATRON DEL MAL

    En el canal de televisión donde alguna vez trabajé, salió ella de maquillaje, con ese taller azul marino que definía su voluptuosidad llamativa y sensual. Parecía más bien una modelo de Prada que una reportera agresiva y arriesgada, con ese cabello frondoso, y al salir del aire nos abordamos con la gentileza de la colegiatura y la adrenalina común del enfrentarse a las cámaras, donde siempre existe la posibilidad de que algo salga mal. Su invitación fue a almorzar e intercambiarnos nuestros libros e historias y me impresionó el relato de su filtración en los carteles de la droga, la granada que explotó muy cerca y que marcó su abdomen (al que no accedió a enseñarme y no porque yo no lo solicitara) y me regaló su obra mas preciada “El verdadero Pablo”, con una dedicatoria encantadora y llena de aprecio. 
    Con el pasar del tiempo y en vista de las causalidades, llegó a mis manos otro libro, “Amando a Pablo y odiando a Escobar” y creía suficiente para mi pensamiento acerbo de bandidos y narcotraficantes, la lectura de mi amiga Astrid Legarda y de Virginia Vallejo. Nunca he sido de novelas televisadas, pero tengo que confesar que la más reciente de la Cadena Telemundo ha sido “Pablo, el patrón del mal”, está muy bien documentada y realizada sin escatimar esfuerzos. Ese acentico paisa, que me aprendí de boca de Claudia Trejos, me encanta y allí lo exponencian de manera muy cómica y a la vez, con la realidad de la maldad de aquellos anos ochenta en la dolida Colombia. 
    Debo indefectiblemente, al ver la serie con pupila zahorí, reconocer que la maldad existe y que los buenos debemos ponernos de acuerdo para ir en su contra y observo además que la facilidad con la que se eliminaban a las personas estaba por encima de la conciencia porque aquella se había perdido en alguna parte del negocio o tal vez en alguna parte de la dignidad de la nación plena. En términos generales, hizo tanto daño esta endemia de la droga, que a Venezuela fueron a parar huyendo de esta violencia desatada, al menos cinco millones de vecinos y países serios, interpusieron entre la decencia de la mayoría y el inmenso daño de pocos, visados insalvables y fama indeseada, para toda una ciudadanía trabajadora, progresista, pero a la vez dispersa. 
    Telemundo se ha anotado un gol y ahora el mundo conoce a Pablo Escobar, que sería lo de menos y quien murió como vivió, no, ahora el mundo conoce a una nación que ha luchado y sigue haciéndolo para salvaguardar los grandes valores de esa tierra fértil de insignes escritores, pensadores, científicos, artistas, diplomáticos y sobre todo militares profesionales de mucho peso específico, en quienes descansa la responsabilidad del equilibrio y la cordura de esa democracia que no ha podido ser permeada, ni por los narcóticos ni la guerrilla. 
    Tan solo veo a mi país e imagino que las reuniones del alto gobierno de Chávez, deben parecerse en privado a las de Escobar con el "Mariachi", llamando al Senador Santofimio y rodeado como es mandatorio entre los gangster: el "Popeye" y el "Chili". ¡Dios salve a Venezuela!

2 comments:

  1. Bernardo, me encanta como escribes, tambien como te expresas, tienes un carisma exepcional, me gusta cuando se trata de Venezuela y Chavez como lo describes, yo comparto contigo muchas de tus ideas, no puedo decir odio porque soy cristiana pero quisiera poder ver la destruccion de FIDEL CASTRO Y DE CHAVEZ si Dios me lo permite, porque esos bandidos algun dia tendran que pagar por tanta maldad e injusticia, yo sali sola con mi hija de Cuba ella tenia 15 anos, a mi esposo nunca lo dejaron salir, se ensanaron, ellos destuyeron mi matrinomio y mi vida. Hace ya 25 anos. Pero un dia tendran que pagar y se que lo de esa gente sera distinto porque ellos se han dejado odiar y son muchas mentes con ellos en su pensamiento, no creo que los ultimos dias de ellos sean desapercibidos. Que Dios te Bendiga Bernardo y que puedas seguir siempre escribiendo tus lindas letras par nosotros. Exitos. Onelia Bello.

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