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Tuesday, November 8, 2011

SEXO OBLIGADO

SEXO OBLIGADO
El tumulto de la llegada de múltiples vuelos por la misma puerta en el aeropuerto internacional de Miami. Yo de pie, tratando sin éxito de divisar a través del vidrio a la persona con la que me conseguiría allí, con el consabido obstáculo de los que se atraviesan en el horizonte visual, los besos y gritos latinoamericanos, esa abuela a la que el tiempo mantenía lejana, una señora madura y peinada de peluquería, que fue recibida por aquellos jóvenes a quienes supongo sus hijos y a la que observé con ojos de lujuria.
Nelson, ingeniero metalúrgico de la petrolera venezolana, extinta por la desidia y la negligencia y que por paradoja o suerte aún se llama PDVSA, que también por paradoja o suerte posee en deuda casi lo mismo que las reservas internacionales de todo el país y que evidentemente bajo esta perspectiva fue la gallina de los huevos de oro, una empresa en el ranking mundial y que ahora es la encargada de quebrar técnicamente al mismo país que le brinda ese mal petróleo, para extraer los dividendos de los bandidos, justificar la ineficiencia, pagar las misiones y también a las putas.
Nelson, se me acercó y me saludó, con la sencillez y la humildad que da el exilio común, porque aquí somos mejores y más sensibles personas, hemos pasado trabajo y también vivimos en la mejor estructura económica, que exige esfuerzo, talento y horas de dedicación, aquí no hay Estado que obligue a una paralización laboral, sino sirves estás despedido, si deseas replicar tus vicios venezolanos aquí, serás pasado por el cadalso, a la misma velocidad, con la que la guillotina obedece a la ley de gravedad y él me contó igual de rápido su tragedia, su actual empleo, cuando fue despedido, cuando lo arruinaron, me contó que me ha visto en la televisión y que yo debería escribir todo eso que allí denuncio y eso me trajo a la realidad, porque me di cuenta que no sabía que escribo y me repetí una vez mas “sé humilde y sé honesto”, toma la cachetada de pensar que todo el mundo sabe lo que haces y le dije que lo pensaría, porque no soy buen escritor, luego le dije que la política no me inspira y es cierto, simplemente lo hago aquí en este espacio, por mera necesidad, porque me encantaría motivar desde el amor y en mi país la política es odio, es desesperanza, es división, es hambre de todo un pueblo que debería comer de la misma humildad para entender que Chávez y los cuarenta ladrones, son nuestros empleados y no nuestros dueños y que esos empleados, no han hecho bien su trabajo y deberían ser despedidos. En fin, le dije a Nelson, que escribir de política, es como bailar como una hermana, que mis libros poco tienen que ver con ella, que no me inspira y que por ello, hacer un libro de la política venezolana, sería poco más que una tortura o tal vez el peor de los castigos el cual es, tener SEXO OBLIGADO, eso sería y volví a mentir!!!

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