UN LEÓN EN LA NEVERA

UN LEÓN EN LA NEVERA

                Podemos congelarlo, podemos pensar que no está allí, tal vez que está dormido, manso, sus pulsaciones al mínimo porque el frío le aletarga,  ¡pero no! Siempre será un león, el rey de la selva y el dueño de la muerte.

 

                Podrán pensar que lo que sucede es pasajero, que la guerra económica es algo real y la inseguridad es culpa de los otros, ¡pero no! No será pasajero mientras no exista un plan para cambiar el comprobado fracaso, la guerra económica necesita un adversario, pero todos saben quién es el enemigo y la inseguridad también ha asesinado a los de ellos, porque es aleatoria, impredecible y las fortunas las poseen los mismos de la guerra económica que no es tal y pareciera esto un trabalenguas ¡pero no! No es así.

                La encuestadora Interlaces acaba de diagnosticar que el 62% de los venezolanos desean, (de acuerdo a parámetros desconocidos, de acuerdo a un sistema seguramente dado por el Consejo Nacional Electoral que el universo encuestado es representativo, aleatorio, multiclasista, multipartidista y multimentiroso) que siga la continuidad del Gobierno venezolano bajo la dirección de Nicolás Maduro Moros, ¡pero no! Esto es mentira excepto para la primera combatiente del Gucci contra Louis Vuitton.

                No hay en Venezuela nadie que se encuentre confortable entre la basura, las colas, los asesinos y las represalias de manera que ese león está allí y lo podrán guardar en la nevera pero todos saben que mejor es no abrir el refrigerador y pensar que no está allí, que el rugir no se escucha que por el frio no hará daño, no se subleva, ni come, ni se disgusta y que está fresquito y sin calor, ¡pero no! No es cierto. El león está sumando odios al encierro en el refrigerador, a la falta de su libertad, a la inmensa inflación sin parangones a nivel de todo el globo terráqueo y no consigue carne fresca para alimentarse porque se la dan a los roedores y a cada minuto su hambre aumenta y ha decidido cuando salga de la nevera comerse a quienes lo encerraron.

 

                El pueblo es un león que no entendía de hambre mientras estuvo en el zoológico y ya no recuerda la selva donde alguna vez nació, pero su genética voraz, ha hecho que se exponencie su mal carácter y en cualquier momento abrirá la puerta y no podrán detenerle ni siquiera con las más bellas promesas o la más cruel represión, porque el león ha decidido jugarse la poca libertad que tiene, para obtener la comida que le falta, para poner orden en la selva, para hacerse sentir y hacer saber a los cuidadores que ellos trabajan para él, que él es el rey de la selva y del país y que aunque alguna vez estuvo equivocado y aunque interlaces le diga que él no es un león, que le siga engañando diciéndole que él es manso y que quiere a ese cuidador que regala la carne a los roedores, el león guarda el silencio antes del ataque y se los comerá como han hecho todas las revoluciones con sus mejores hijos.