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Thursday, June 12, 2014

ANESTESIA LOCAL

El paciente llega al consultorio, para esa intervención ambulatoria y elemental. Una suerte de amputación de un apéndice extraño que con la vejez aparece sin permiso ni cuenta. Esa verruga infame, ese ampuloso y protervo adminículo, desagradable, procaz y extraño, que no permite sentirse a gusto y que desde su enana posición, corroe la gran autoestima de su dueño. La anestesia local, para evitar el dolor, se aplica en proporciones ajustadas y el paciente está viendo la amputación. El médico con sus guantes de latex, hace la primera incisión y la sangre, como es de esperar, brota, gritando y solicitando dejen tranquilo a ese cuerpo que ya no es extraño al mayor órgano del cuerpo humano, el cual es la piel y el paciente, en eso, haciendo un ejercicio de paciencia, observa y aprieta las mandíbulas, no por el dolor, sino como reflejo, que su cerebro manda ante la afrenta física. Los venezolanos están igualmente en eso, apretando las mandíbulas y aunque algunos aun no sienten dolor, saben que duele y que es cuestión de tiempo para que la anestesia local deje de surtir sus benignos efectos y llegue la incomodidad. Otros se hacen los locos y ponen cara de “no me duele” y los menos dicen que esto es totalmente normal y que el médico, (que no les dije que era cubano), está haciendo el mejor de sus esfuerzos y que aunque se puede ver que el bisturí no es muy afilado y hasta presenta signos de corrosión en la hoja, el vió cuando lo limpió con algo que seguramente era antiséptico. Los chavistas no son maduristas, de hecho, los primeros a quienes considero unos estúpidos no lo son tanto como para autodenominarse los segundos. La deuda por médicos castristas es bíblica y somos el único país que paga para que lo invadan y desfalquen. Muy pronto el gobierno de Maduro tendrá indefectiblemente que reconocer que la inflación llegó a la temible cifra con tres dígitos y ya no tienen dólares, no tienen producción ni tampoco moral para seguir apretando. Son tan pobres esos regentes del Gobierno que lo único que poseen son grandes cantidades de dinero que no pueden gastar y el voto de pobreza que hace todo delincuente de izquierda, ya les hiede, por cuanto Venezuela ha pasado al poco honorable sitial del 21.7% al 27.3% de pobreza y yo me atrevería a asegurar que esas cifras están edulcoradas. Seguramente podrán amputar la odiosa verruga y creerán ellos que apresando a Diego Arria, María Corina Machado y Burelli, sacando del aire a Luis Chataing y dejando pudrir a Simonovis y los comisarios en el averno venezolano, evitarán la contaminación que por falta de asepsia han transferido al cuerpo todo y como me reporta un oficial naval amigo, nadie cree que van bien y eso incluye a Maduro y compañía, porque el conocimiento político no puede ser aprendido gastando y ensayando con el futuro ya no de mi generación, sino la de mis hijos y nietos. Por los momentos la anestesia está dejando atrás sus efectos y ya comienza a doler.

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