PROTEGER Y SERVIR

Hemos aprendido por imperativo de nuestra propia sensación de seguridad, a colaborar con las autoridades leales a los principios y agradecidas de sus ciudadanos que pagamos sus sueldos con nuestros impuestos, pero la verdad es que ellos merecen mucho más que un sueldo, más que una seguridad social en caso de accidente, más que nuestra consideración y estima, porque cuando tu oficina es una patrulla de caminos, tu herramienta de trabajo es una pistola de 9 milímetros y los competidores de tu negocio son malhechores, drogadictos, ladrones, terroristas, asaltantes que todos sin excepción están dispuestos a matarte para lograr su cometido, se requiere como es el caso de la policía de esta ciudad, mucho equilibrio psicológico, templanza y educación para tratar con gentileza a los otros, a nosotros, los que estamos dispuestos a colaborar con ese trabajo tan difícil y riesgoso. En términos personales, me siento muy orgulloso del cuerpo policial de la ciudad y es que esta palabra “policía” viene del latín “politia” que al final es una organización política perteneciente y dada al servicio de la polis. Yo no conozco personalmente a ninguno de los oficiales de la policía del Doral, pero les admiro y agradezco el denuedo con el que cumplen su deber y es esa la palabra correcta, denuedo, porque les vemos disuadiendo a los apurados que violan los límites de velocidad, les vemos aparecer como súper héroes detrás de algún árbol y la verdad es que estoy exagerando, porque solo ellos saben dónde se esconden, para observar y prevenir el delito. Gracias en gran medida, a la policía de la ciudad, tenemos muy bajos índices de delincuencia y digo en gran medida, porque nosotros los ciudadanos hacemos lo nuestro y somos esa suerte de ojos y oídos de ellos por no poseer, como cualquier humano del don de la ubicuidad. Yo fui profesor de policías y como alumnos son encantadoramente inteligentes y logran crear una intuición que les hace sobrevivir en ese duro ambiente y recuerdo que dictaba una materia llamada “psicosociología de la organización” y hacíamos un recuento de las características más notables de las mejores organizaciones del mundo, en cuanto a eficiencia en el logro de sus metas, objetivos y misiones y al ser ellos defensores de los valores, yo les dejaba que incurrieran en el error de juzgar desde la ética, sin darse cuenta que como profesor lo que buscaba era el pragmatismo y luego llegábamos a la penosa conclusión de que la mejor organización del mundo es el narcotráfico y ellos me discutían, se enfurecían y obligaban con disgusto a persuadirme de que no era así y es que yo les entiendo porque en términos personales ellos arriesgan mucho y como humanos quisieran cambiar el cuento, pero la verdad es que el narcotráfico tiene cada día, más policías y defensores de la ley en su contra, pero también cada día logran sus objetivos con más eficiencia y la pregunta que cabe: ¿saben porque?, por dos razones epistemológicamente contundentes. La primera de ellas es que tienen un excelente sistema de reclutamiento de personal y de seguimiento del perfil profesiográfico del candidato a traficante y luego poseen un excelente sistema de premio y de castigo. Hemos visto con pasmosa sorpresa que en el Condado de Miami Dade, acaban de despedir a unos funcionarios cuya fotografía salió en la primera página del Nuevo Herald, besando en la boca, uno de los agentes, a una dama en horas de servicio, estando uniformado y por supuesto la dama besuqueada no era la esposa del oficial y esta investigación venía corriendo desde el año 2010 y yo estoy muy contento, no por el beso, sino porque el sistema y el seguimiento al perfil del oficial se está llevando a cabo, como debe hacer cualquier organización profesional, que compite a sangre y fuego contra los delincuentes y que a la vez disfruta de un sistema que premia y castiga a todos por igual y en este caso no existe ninguna duda sobre la irregularidad. Las organizaciones militares y paramilitares obedecen a un sistema de gobierno que no es democrático y eso hace cambiar conductas grupales que requieren de tácitos comportamientos, que fuera de ellas no solo no son susceptibles de ser castigadas, sino que forman parte del común comportamiento ciudadano, de hecho creo que John Lennon tenía razón cuando arguyo que “…nos escondemos para hacer el amor, pero hacemos la guerra públicamente…”, pero volviendo al tema, ¡estemos claros que la foto del intercambio de fluidos bucales, del oficial con la dama, estando uniformado no es lo más correcto!. En nuestra policía no se han visto esos espectáculos. Aclaro y subrayo que el caso prenombrado corresponde a una investigación del Condado Miami Dade, no a la ciudad del Doral, pero tenemos noticias, porque después de la excelente gestión del cuerpo policial completo y de su Comandante Rick Gomez, libérrimamente, la ciudad ha decidido cambiar de Comandante y nombrar al Señor Richard Blom, quien posee un excelente record profesional de treinta y siete años de experiencia en la lucha contra los mal vivientes y eso dice muy bien de nuestro futuro y por ello, desde esta humilde tribuna, le auguramos todo un gran cúmulo de parabienes y éxitos y desde ya le ofrecemos nuestra desinteresada ayuda para que su gestión de seguridad nos arrope a todos dentro de ese paraguas en el que nos cubrimos para bien de toda la comunidad. Lo difícil de ser una persona pública, como lo es nuestro Alcalde Luigi Boria o los amigos concejales y ahora nuestro nuevo jefe de policía, el Señor Blom, es el tener la solidez necesaria para dar estricto cumplimiento al pensamiento del historiador francés Charles Duclos quien dijo: “Una de las primeras virtudes sociales, es tolerar en los demás lo que uno debe prohibirse a sí mismo”, por eso no es fácil asumir un cargo público, porque debemos dar el ejemplo durante veinticuatro horas al día y siete días a la semana, mientras dure nuestra gestión y además de eso, somos susceptibles de ser investigados, criticados y hasta difamados por cosas que cualquiera de nosotros podría hacer varias veces al día, pasando desapercibidos y sin ser delito, de manera que la invitación es a admirar a estas personas que han decidido perder toda tranquilidad para disfrutar de una cuota de poder, que en la mayoría de las oportunidades quita más de lo que da. ¡Agradecemos a todos su servicio!