“EL SAQUEO REVOLUCIONARIO DE VENEZUELA”
Por: Orlando
Ochoa-Terán
Escritor
de Jurado Grupo Editorial
“El Saqueo Revolucionario de Venezuela” resume los hallazgos que encontramos en nuestra investigación y en los documentos provistos por funcionarios de PDVSA. El camino que me condujo hasta estas páginas no fue lineal. Mi oficio como periodista de investigación abrió puertas hacia archivos confidenciales, fuentes militares, actores políticos, diplomáticos y funcionarios de PDVSA que, de manera deliberada o fortuita, me entregaron piezas del rompecabezas.
Desde los tiempos de Gómez hasta los populismos del
siglo XX, la historia venezolana ha estado marcada por la fascinación con el
mando personal, con la figura paternal que promete redención. Chávez llevó ese
reflejo a su paroxismo: se hizo dios, mártir y profeta de una revolución o más
bien una escaramuza sin doctrina.
En Venezuela se ha vuelto costumbre explicar el
desastre político y moral de las últimas décadas recurriendo a una idea que,
aunque parece crítica, termina por ser indulgente: la del caudillo genial. Se
habla de Hugo Chávez como si hubiese sido un estratega superior, un maestro de
la manipulación, un cerebro sin igual que condujo al país a la ruina con la
precisión de un ajedrecista malvado. Esa sobrevaloración —repetida tanto por
sus seguidores como por sus adversarios— constituye una forma de absolución colectiva.
Conviene mirarnos a un espejo más incómodo: nuestra costumbre de sobredimensionar al caudillo, incluso cuando lo criticamos. En Venezuela existe una pulsión tenaz por convertir al mandón de turno en fenómeno. A Chávez se lo elevó demasiadas veces a la categoría de estratega superior, demiurgo del lenguaje, ajedrecista infalible que movía piezas a voluntad. Esa hipérbole —repetida por devotos y adversarios— no solo engrandece al autócrata: nos absuelve a nosotros.
Si la ruina fue obra de un genio del mal, todos los
demás quedamos convertidos en víctimas: las élites que se transaron, los
partidos que fallaron, los intelectuales que prefirieron explicar antes que
desmontar. No hizo falta un Balzac tropical ni un Voltaire de uniforme para
hundir un país: bastó una burocracia de rapiña y una sociedad fascinada por la
épica de la viveza criolla.
No hubo un cerebro único moviendo hilos invisibles:
hubo redes, premios y castigos, contratos, enormes comisiones, silencios y
muchos aplausos.
Orlando Ochoa-Terán es el autor de la obra “El saqueo revolucionario de Venezuela” . A la venta en Amazon.com


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