LA CAJA DE
VALENTÍAS
Y
entonces le preguntamos al Padre: ¿y cómo quisieras que fuera tu hijo?, pues
todos sin excepción contestamos: quiero que sea una buena persona, (además le
agregamos la redundancia), que sea honesto, que tenga capacidad para enfrentar
a la vida, con hombría, con decisión, que sea honorable y próspero, ¡pero que
disfrute de mucha salud!
Ningún
Padre arguye: que sea un buen matemático, un abogado famoso, un gran escritor,
¡ninguno!, porque eso no le corresponde a los padres, cada quien será lo que
quiera y eso incluye a las apetencias sexuales.
Paso
a explicarlo mejor: Luis Castellanos quien es Doctor en filosofía pura, (como
si hubiese una filosofía impura) y también es experto en la palabra; hizo en
España un experimento con muchos jóvenes, al que llamó “La caja de valentías”
con respecto al reforzamiento del lenguaje positivo, no para los demás sino
para nosotros mismos.
En
primer lugar, como siempre lo había dicho sin conocer a Castellanos, el buen
humor es primordial, prioritario y absolutamente necesario. Los jóvenes
incluían por escrito en la caja puesta en el aula una frase que requiriera
valentía: hoy voy a ser una buena persona, hoy voy a ayudar a los demás, hoy no
me disgustaré con nadie, hoy voy a poner más atención a la clase, hoy recordaré
con amor al hijo de puta de mi hermano y en esta última corregimos al
deslenguado y lo pongo como ejemplo: el uso del humor al revés está prohibido
porque como ya lo hemos escrito, el cerebro no tiene buen humor y si tu hermano
es un hijo de meretriz, pues te salpica de igual forma y las palabras moldean
tu conducta, tu destino, tus hábitos.
“Cuida
tus palabras para que ellas te cuiden a ti”, dice con toda propiedad Luis
Castellanos, porque debemos reflexionar sobre el lenguaje para que todo cambie
mágicamente. ¿No me creen verdad? Pero el subconsciente que es el que al final
manda, es inducido por el lenguaje, por la repetición, por la sistemática
manera en que decretamos y sigamos poniendo ejemplos: dedíquese solo a criticar
a los demás, siempre tendrá la feliz oportunidad de conseguir malas cosas o
cosas que a Usted le parecen malas, inapropiadas, fuera de lugar de las demás
personas y su mundo será exactamente así: malo, fuera de lugar e inapropiado.
La
palabra NO, que a mí me encanta, es muy buena para cerrar puertas pero solo a
los tóxicos, a los envidiosos a los conspiradores, mientras que la palabra SI,
que me gusta más, es la llave a las iniciativas, a los nuevos ángulos de
pensamiento, a las amistades, a la interrelación.
En
lo personal, jamás me acuesto sin recitar esa suerte de mantra hecha por mí,
donde incluyo en primer lugar el agradecimiento hasta del agua caliente de la
ducha, el aire que respiro, mi techo, el aire, todo, absolutamente todo, paso a
mis planes laborales, sigo, con mi salud y la de los míos y así, creo un
poderoso proceso neurolingüístico de positivismo y buena energía.
¡Lo
que digas, lo convertirás!
Bernardo Jurado, es escritor.
Su mas reciente novela: "Volando en el ataúd", a la venta en Amazon
El nombre es arquetipo de la cosa.
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