DOCTORA, YO
NO SÉ QUÉ TENGO.
El
manuscrito me llegó y me cautivó, leerlo fue un placer y un masaje para mis
neuronas. Sin dudarlo le dije: ¡lo publicaremos!
El
segundo capítulo lo tituló “Honestidad” y así se llama uno de mi primera obra,
porque de ella, la honestidad, arranca todo lo demás.
Los
pacientes no son honestos ni con el doctor, quien a veces debe adivinar,
interrogar, poner las trampas correctas para procurar la redundancia que
obligue al descubrimiento de las discordancias, ni tampoco son honestos con
ellos mismos, al no reconocer que su salud ha mermado, ha disminuido, que
presenta síntomas y signos que no son normales o comunes en su vida.
Seguí
leyendo, sumamente interesado y debo confesar que al estar con frecuencia corto
de tiempo, les mando las obras a mis socios quienes la leen con denuedo y me
dan su profesional opinión, pero en este caso, fue realmente especial, porque
se trata de la salud y me temo que es el segundo libro que editamos en esta
materia. Una obra hecha para pacientes, con un lenguaje amable y un dejo de sabiduría
rica, sabrosa y llena de conocimiento pero en lenguaje para laicos como
nosotros. A lo que voy: este trabajo de ser editor es encantador. Conocemos a
personas tan disímiles que nos muestran ángulos tan dicotómicos que quedamos
encantados, fuera de lugar, normalmente asombrados de tanto talento realengo,
que siempre intento aprovechar para beneficio de las letras y el arte.
A
mí me llena de orgullo decir que fue mi alumna, una mujer preparadísima que me
enamora y esto es taxativo, fáctico, real. Porque las damas cultas siempre
consiguen un lugar en mi maltrecho corazón.
La
Doctora Doris López ha publicado para orgullo nuestro, su segunda obra titulada
“De mi Riñón aprendí” donde se pasea entre otras cosas por los siete pecados
capitales que todos cometemos contra nuestra salud renal, también sobre la común
pregunta: ¿Doctora porque me pasa esto a mí?, sobre esa majestuosa lealtad de
nuestros riñones que siempre están en las buenas y en las malas, sobre el
enfrentamiento de la realidad en un subyugante capítulo denominado “Franqueza
Cruel”, como aquella pieza magistralmente interpretada por el boricua Cheo
Feliciano y específicamente en el número IX esta una de las mayores pruebas de
amor de humano alguno, el ejercicio de la donación y el trasplante y como si
fuera poco, ella, que es un médico alópata, entiende con la sensibilidad que le
caracteriza, que existen evidentes emociones que afectan la actividad renal.
Ya basta, no se los voy a describir en su
totalidad, cómprenlo o ignoren este conocimiento, ignoren y den la espalda a
este tipo de afección que es la sexta causa de muerte, al final ese será su
problema.
Excelente reporte y crítica sobre este libro... se nota abiertamente el sentimiento de orgullo y amor por dicha doctora de parte del señor publicista... un fuerte abrazo para Bernardo y mi querida Doris. Éxitos!!
ReplyDeleteSaludos Bernardo Jr, amigo, felicitaciones, y dios mediamte que sigan los exitos de vida, en lo que sabiamente escribes nocturnamente y en o que editas y publicas en tu empresa, un abrazo
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