UN VUELO
SOLO
Con
las pesadas botas me sentí torpe, cada vez que las metía en la pequeña escalinata.
Mucho calor, transpiraba en ese sol de las tres de la tarde. El traje G, la
braga de vuelo, el casco. Me sentía incómodo, pesado, temeroso. La cabina me
lució sumamente pequeña y acomodé las piernas como pude hasta tocar los
pedales, mientras mis hombros rozaban los extremos. Mi asistente de vuelo me
puso los cinturones cruzados y los apretó. Moví la palanca y entendí que los
alerones obedecían sin problemas.
Mi
instructor de vuelo ya me había dicho sobre el miedo que da la inseguridad, me
habló en privado sobre mis chequeos, reafirmó que conocía bien el avión, que
aproximara con suficiente velocidad en
final largo, sin miedo, tranquilo, pero ¡es que es un avión crítico!, recuerda
que tiene ala delta, fúndete en él, deben ser ambos uno solo, siéntelo, saboréalo,
escúchalo. Yo voy a verte desde la torre de control, pero ¡no estaré contigo! Solo
tú tomarás las decisiones.
La
valentía es la superación del miedo, es sublevarse contra él, sabiendo que
tenemos posibilidad de perder, pero como dice el slogan de la Fuerza Aérea, “La
fortuna acompaña a los audaces”
Encendí
la turbina, chequee las comunicaciones aun sin ponerme la máscara, el tablero
me indicó que todo estaba bien, bajé la canopia y el sargento pasó un trapo por
última vez sobre el vidrio. Autorizaron que carreteara sobre el taxi way hasta
la cabecera y me faltaba el aire, no sé si por los cinturones, si por el calor
o por el miedo… ¡otra vez el miedo!
Sabía
bien que estaban todos en la torre y sentía sus bendiciones y buenos deseos,
pero igual, me seguía faltando el aire y aplique potencia y mi cara se replegó
con la presión de la arrancada y sentí más presión sobre mi cuerpo y mi escasa
experiencia de poco más de cien horas de vuelo me indicaba que pronto pasaría. La velocidad fue en aumento y chequee V1,
luego V2 y la nariz se alzó suave y se me olvidó la presión y respiré con
cierta dificultad, ¡pero respiré!
Volaría
tan solo la mitad de la autonomía y me dispuse a disfrutar. Giré a la izquierda
a tan solo 1750 pies de altura y en ascenso y reporté mi condición de
operatividad y como única respuesta recibí la palabra “bien”. Ellos no querían distraerme
con conversaciones y procedimientos y entendí que mi entrenamiento había sido óptimo
como me lo había dicho mi instructor.
No
existe un piloto de combate que no haya sentido lo predicho. Todos han sentido
lo mismo y eso incluye hasta los mejores y más audaces, que se casa totalmente
con aquel pensamiento de Churchill que sirvió de título para Tom Clancy: “La
suma de todos los miedos”
La
política no es menos, se requiere entrenamiento, roce, horas de vuelo, horas de
estudio y mucha lectura, imaginación y talento y todavía ¿existen personas que
piensan que Nicolás Maduro puede con este convulso país y que tal vez pueda tener
un plan para aterrizar con éxito?
Ni yo siendo piloto podría expresarlo mejor. Bien articulado y sentido . Excelente first solo.
ReplyDeleteClear to take off at your convinience, you are your own controller as naval pilots.
Ni yo siendo piloto podría expresarlo mejor. Bien articulado y sentido . Excelente first solo.
ReplyDeleteClear to take off at your convinience, you are your own controller as naval pilots.
excelente...tuve la oprtunidad de vivirlo sin mando alguno en un citation y en un f16 bi.plaza en el asiento de atras, en ambos con sus pilotos super calificados, pero en mi vida me habia sentido tan angustiado, te felicito por tu valentia y por escribir tan bien internalizando lo que otros sienten
ReplyDeleteExcelente. El maburro no tiene la experiencia, el conocimiento, el roce y lo peor es que sus asesores tampoco, y para empeorar, como todos los locos dictadores que han pisado este planeta, juran que lo hacen bien. Saludos mi hermano.
ReplyDeleteImposible expresarlo o explicarlo de mejor manera y el símil en que se basa la apreciación muy bien hilado. Saludos
ReplyDeletesaludos Jr, mejor narrativa...sencillamente...IMPOSIBLE!!!
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