EL PASSETTO DE MADURO

EL PASSETTO DE MADURO

            El Vaticano tiene tan solo 44 hectáreas, 902 ciudadanos y ninguno ha nacido allí, porque no tiene maternidad y 912 estatuas de Bernini, de manera que son más las estatuas que los ciudadanos.

            En la plaza de San Pedro hay un obelisco que por supuesto no es católico y sobre él una paloma que mira hacia el Este y ambos son símbolos paganos. La misma plaza mide el equivalente a dos cubiertas de vuelo de un portaviones standard.

            Donde se hace el cónclave, que significa la palabra “bajo llave” se llama la Capilla Sixtina, por el Papa Sixto, pero parado de espaldas a la inmensa puerta podemos ver de frente dos puertas más pequeñas, en forma de arco, la de la derecha es la oficina del jefe de la guardia suiza, que presta seguridad a su santidad y las instalaciones y la de la izquierda es la del Passetto, hecha ambas en madera y con un par de refuerzos de fierro pintados en color negro.

            El passetto es un pasadizo que ya no es secreto y que mide 800 metros, construido en 1277 por el Papa Nicolás III y ha servido por centurias para evacuar al Papa de la ciudad ante cualquier amenaza de invasión. El Papa Alejandro VI abandonó el Vaticano por allí en 1494, dos años después de haberse descubierto en Nuevo Mundo, cuando Carlos VIII invadió la ciudad y su vida corría peligro. Podríamos seguir dando detalles inéditos de esta Santa Ciudad que alberga al catolicismo, pero esa no es la idea. Tan solo agregaré lo siguiente: Clemente VI escapó también usando el passetto en 1527 durante el saqueo de Roma y este interesante pasadizo va a dar al Castillo de San Ángelo, es aéreo y fortificado y aún está en vigencia.

            Yo infiero que habiendo sido construido por Nicolás III, el Nicolás venezolano tendrá uno similar, pero con tecnología diferente, que seguramente podrá salir a algún suburbio cerca de la Avenida Baralt o a Sabana del Blanco, a algún sótano en el Panteón Nacional, eso sí, seguramente estará fortificado y protegido con capas de titanio, reforzado con múltiples capas de kevlar en las zonas más sensibles,  ¡qué más da!

            Un encargado de la Presidencia como Nicolás Maduro III, con menos de diez por ciento de aceptación, no puede gobernar y tendrá indefectiblemente que acudir a la fuerza, como lo está haciendo,  para mantenerse en el poder junto a los saqueadores que ahora no vienen de Roma al Vaticano, sino que están en Miraflores y requerirán salir, por imperativo del hambre de sus propios ciudadanos que no son 902, sino 30 millones de hambreados.

            Con el hambre no se juega, ya lo decía Napoleón Bonaparte y por ello los ejércitos marchan sobre sus estómagos, frase totalmente aplicable al venezolano actual, de manera que algún día averiguaremos donde queda el Passetto Miraflorino, por donde quede la estela fétida de la huida de estos lambareros que interesantemente se han tratado de igualar con estadistas que no requieren huir, sino entregar en santa paz su gobierno.