MILAGRO EN
LA MAR
Me
gustaba hacerlo. Zarpaba de la Base Naval de Punto Fijo al Oeste de Venezuela
con mi buque de guerra, que era un Patrullero Costero con un excelente canon de
76 mm en la proa, ametralladoras de 0.50 a cada costado y fusiles automáticos livianos
de 7.62 mm y con frecuencia me escondía en la Isla de los Monjes a esperar el
alba y poder atrapar a los pescadores ilegales que abusaban del ecosistema, destruían
el lecho marino en busca de los camarones más bellos que jamás he visto y de
paso, algunos estaban en el negocio del tráfico de drogas.
Nos
llamaban los grises, otros, debido al mismo color de nuestros buques de
combate, nos llamaban las ratas y ahorrábamos bastantes esfuerzos al monitorear
sus comunicaciones.
Estimando
dos millas con la frontera marítima lindante a Colombia, se encontraba uno de
ellos. Tenía tiempo tratando de atraparlo y ¡sorpresa!, salió en las
conversaciones de los pescadores por el VHF Marítimo canal 12 y reportó que no habían
ratas en el área, que ya estaba pescando y que cualquier cosa le avisaran.
Zarpé
antes de que el sol me delatara y a máxima velocidad me dirigí donde estaba el
maleante y antes de que se enterara, ya estábamos a cien yardas y ordenándoles
detener sus máquinas. Los bandidos recogieron sus redes como pudieron mientras ponían
rumbo hacia Colombia, donde yo no podría ejercer mi autoridad. Mientras tanto
mis muchachos preparaban el armamento y me le aproximé a unas sesenta yardas y
no hacían caso, no se detenían, tendría que dispararles y los muy estúpidos me obligarían
a… ¿matarles?
Ya
faltando una milla para salir de aguas venezolanas tuve que tomar la decisión,
me coloque por su costado de babor y cuando el jefe de armamento me pidió permiso
para abrir fuego, le dije…!espere un momento!...ya vengo.
Yo
sabía que esto sería imposible, pero abrí la escotilla y subí al sobre puente
donde podía ver a los estúpidos delincuentes esperando la muerte, con mayor
claridad y tan solo pedí por mí a nuestra Patrona la Virgen del Valle, que no
me dejara asesinar a nadie. Bajé al puente de mando otra vez y por no dejar les
conmine a detener sus máquinas de nuevo y no lo hicieron y abrimos fuego con
todas las baterías y pude ver como volaba la superestructura de la rastro pesca
y todo era atronador y se detuvieron. Bajaron mis muchachos en un bote Zodiac a
cumplir con la ley y más de 400
proyectiles le habían sido propinados, ¡no podían estar vivos!
Yo
les vigilaba con mis binoculares y comenzaron a salir hacia la popa hombres
esposados. Cinco, seis, siete y pregunte: ¿interrogativo muertos y heridos? Y por
única respuestas recibí: ¡no hay muertos ni heridos mi Comandante y entendí que
la milagrosa Virgen del Valle salvó a los infelices o seguramente me salvó a mí.
Aquí
en mi casa, en los Estados Unidos, tengo a la Virgen del Valle del Espíritu
Santo, que protege a los marineros y a partir de ese momento llevo su efigie en
mi cuello.
¡Esto fue un milagro en la mar! Y como
a diario pasa, hoy en su aniversario como Patrona de la Armada, la recuerdo y
pido su bendición.
Hola Jr, excelente....nadie muere en la vìspera y gracias a dios que niusatra patrona te protegio en cuerpo y alma para no tener que enfrentar aspectos legales del asunto....disparar a proa y popa...la mar....con cañones en señal de advertencia....creo recordar....el hot persuit puede aplicar....
ReplyDeleteCorrecto el comentario. El tenerte entre nosotros y disfrutar de tus talentos ya es un milagro. Dios quiso que no sucedieran bajas. Hoy,más sereno y ssbio, tienes oporunidsd de reflexionar y sacar pr8vecho de la experiencia. Luego conversaremos para disfrutar también de tus relatos orales. Piensa en la hot persuit que te d8jo nuestro colega almirante con tanto acierto, como delicsdeza y caballerosidad naval; asi como, en lo de los disparos de alerta, como los hiciera tu padre al Alecrin. El peso de la historia es una pesada carga . Dios te siga bendiciendo y te llene de bienaventuranzas. Para nuestro beneplácito y provecho de tus lectores
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