¡ESTO ES
OTRO NIVEL!
Recostados
a la baranda de popa del inmenso catamarán capitaneado por Willie, anfitrión
amable junto a su corta tripulación de gentiles jóvenes bien dispuestos a
ayudarnos a pasarla bien, él le pregunta ya alejados de la piquera, cuando el “sky
line” de la ciudad de Miami, en aquella hora nocturna se veía imponente con sus
edificios multicolores que anunciaban que era un día de festejo nacional: ¿Qué te
parece? Sin recibir respuesta alguna, mientras el bar-tender extendía otra copa
de vino blanco helado.
Por
estribor una veintena de mega-yates atracados expectantes, lujosos, ¡excesivamente
lujosos!, nos miraban en silencio mientras el “Mariah” se acercaba al puente
por donde pasaría.
Volvió
a preguntar: ¿ves esos yates, cada uno debe costar al menos veinte millones? Y ella
se llevó la copa a la boca sin quitar su mirada de la lujuriosa escena.
Poco
más adelante la casa de Ricky Martín con un domo alumbrado en malva y aquella
otra es la que pertenecía a Celia Cruz, esa la de Emilio y Gloria Estefan y allí
donde está la carpa llena de luces donde se celebra la fiesta, si, aquella de
allá, perteneció a Alphonse Capone, mejor conocido como Al Capone.
Comenzó
a llover intempestivamente y todos se guarecieron, mientras ella pensaba en
silencio: “¡esto es otro nivel!”
La
vida tendrá otro nivel no por lo que veas, porque el azúcar se parece a la sal
y no solo es el oro el que brilla, la vida, tu vida, tendrá otro nivel cuando
vivas con plena conciencia de la muerte y cuando entiendas que no es el tiempo
el que pasa, sino tú.
El
nivel lo pones tú, nadie más podrá hacerlo por ti. Vivimos sin sentido del
espectáculo, sin entender que somos parte de algo mayor, sin comprender el plan
infinito y por ello intervenimos y lo arruinamos.
Todos
sin excepción, nos comportamos como si no fuéramos a morir y esa conducta nos
coloca exprofeso en el lado inactivo del infinito, por el contrario, cuando
entendemos que esta vida es una fiesta, que como tal debe algún día terminar,
simplemente nos divertimos o ¿a qué vamos a una fiesta?
Cuando
comprendemos que simplemente no somos de este mundo, sino que tenemos este
cuerpo prestado por poco tiempo, con el deber de cuidarle para que dure más de
lo que debe y que el envejecer es obligatorio, mandatorio, que la vejez es
inapelable ante un tribunal, va a ocurrir, no podrás, pero que posees la bella
alternativa de elegir crecer intelectualmente, entonces sabrás para que viniste
y abrirás los ojos para ayudar a los demás.
Cuando
puedas leer esa sabiduría, podrás decir ante cada pequeño milagro diario, ante
cada amanecer, flor, sonrisa, café, olor, color, tacto, ante cada respiro, ante
cada uno de los sesenta mil pensamientos que tienes en promedio diario, si, podrás
repetir como un mantra sagrado, que tu vida, ¡tiene otro nivel!
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