DE MADRES A HIJAS
En
la parada del autobús Kiko le pregunta a un respetable señor: ¿ese joven que
está allá es un hombre o una mujer?, le contesta: esa es mi hija. ¡Haaa! entonces Usted como Padre debe sentirse
muy orgulloso. No señor, yo soy la Madre.
Entre
chanzas amables conversábamos que no hay nada más masculino que una feminista.
Como
suele ocurrir cuando sale a luz una obra, todos estábamos contentos. Celebrábamos
que nuestra amiga lo había logrado y entre media noche y gallos lo he leído en
su totalidad y coincido meridianamente con cada letra expuesta en la obra.
En
los Estados Unidos vivimos en libertad, pero entre límites, pues en un hogar no
debe ser diferente. Esos tontos criados en el internet, que lo mismo hablan con
el padre mientras ponen mensajes de texto a otros tontos, esos jóvenes que se
lo merecen todo y arguyen y reclaman cuando se les acaba el discurso que sus padres no son sus amigos. ¡Claro que
no son sus amigos! Porque uno (un amigo) no estaría dispuesto a dar su vida por
él o por lo menos lo dudaría.
Christina
Balinotti es psicóloga clínica y la conocí entre cámaras, cables y luces en la televisión
donde ha hecho un excelente papel divulgativo sobre la vida, las relaciones,
los equilibrios y le equidad del buen vivir.
Anoche
ha salido de un parto sin dolor donde solo los que hemos escrito sabemos cuánto
se desea. Abrazaba a su más reciente bebé con el amor inconmensurable de una
madre, su libro, una obra que consideramos sus lectores deberá estar pronto en
el sistema educativo nacional norteamericano, porque nadie nos ensena como ser
padres o madres.
“De
Madres a Hijas, el ABC de la familia “es una obra que nos aleja de la
mojigatería bien intencionada que otrora nos decía que ellos (los hijos) deben
ser criados en libertad, que la reprimenda, el llamado de atención, la
exigencia del orden y la disciplina, las reglas mínimas de convivencia los
traumarían y afectarían sus niveles de adaptación, cuando es comprobado que con
esa laxa corriente de pensamiento se han criado un ejército de tontos que creen
merecerlo todo.
Christina
ha puesto desde la cientificidad de la mente y la conducta, que maneja con maestría
y profesionalismo, el punto sobre la i, entendiendo que el sistema de gobierno
del hogar es una monarquía hereditaria como lo escribiera Aristóteles en la
POLITEIA y que se puede ser un Rey bueno como tal vez lo fue Luis XIV o un
malandrín como Enrique VIII, ¡pero
siempre el Rey!
Recomiendo
ampliamente esta obra que me ha gustado mucho y con la cual, sin saberlo he
coincidido desde que soy Padre y a ellos (los Padres y Madres) mojigatos e
inexpertos, recomiendo su lectura y más aún la metabolización de lo escrito en
ella, no solo por la experiencia profesional de la autora, sino también por la
personal como Madre y ahora Abuela, de manera que felicitaciones porque cuando
sale a luz una obra de este calibre, se abre una ventana al entendimiento y al
forjamiento de una mejor sociedad.
buena sinopsis.
ReplyDeleteYo estuve anoche con Jurado en la presentación y creo que el título sería Feminidad Vs feminismo
ReplyDeleteLa doctora Balinotti explicó que el feminismo tuvo la virtud de luchar contra el abuso a la mujer, pero que en la sociedad moderna la mujer se ha masculinizado y es necesario rescatar su feminidad. La mujer es la responsable del cuidado del hijo, le viene por naturaleza y es función maternal que no puede delegar y a la que tiene que dedicarse cuando es madre, que para eso queda enamorada de su bebé. Si no puede hacerlo la opción es no tener hijos. Si tiene hijos lo mejor es prorrogar su desarrollo profesional hasta que estos crezcan.
Habló de la autoridad de madres y padres sobre sus hijos. No se le puede temer a los hijos, hay que saber decirles no y dirigirlos durante la infancia. Los padres no pueden ser amigos de los hijos. La familia debe conversar alrededor de la mesa.
La doctora Balinotti ha puesto en la palestra un tema escabroso,cuando prima la idea de la igualdad de sexos, que en muchos sentidos trata erróneamente de igualar cosas dispares.
Ojalá que este excelente libro abra una conversación social, que no una pelea, para que el péndulo vuelva al medio después de un bandazo, para unos necesario y para otros no, hacia un extremo.
Kiko Arocha