CON EL TANGO POR
DENTRO
Nos
bajamos de los aviones en la Base Naval de Oceana, con ese extraño casco, el
salvavidas y demás aperos y mi colega argentino se volvió a peinar su impecable
cabellera de gomina al mejor estilo de Gardel. Su esposa corrió por la pista
hasta abrazarle y todos estábamos muy contentos de la aventura de aterrizar en
el portaviones hasta que después del beso y el abrazo, como si viniéramos de
estar cinco años presos como prisioneros de guerra, ella, la esposa le
preguntó: ¿y cómo te fue? Y mi colega puso cara de tango, de tragedia, tal vez
de dolor y contestó con histrionismo: ¡no fue fácil!
Hay
personas que llevan el tango por dentro.
Inventado
en la zona rioplatense entre Uruguay y Argentina a finales del siglo XIX no conozco
ninguno alegre y lleno de prosperidad, lleno de lo sabroso del vivir, inflamado
de la intención del disfrute, no. “El
tango es macho, tiene olor a vino y tiene gusto a muerte” Creo que el tango es
un dolor que se baila con sensualidad.
Ayer
un socio se quejó con otro de que no le llamo, de que no le incluyo, que no le
tomo en cuenta, que pobrecito él, el malquerido, abandonado y echado a un lado
y yo contesté como siempre: es que por ahora nada tengo que hablar y yo no soy
su amigo, estamos asociados para hacer el negocio y no para cordializar ni subir
su ego y autoestima. Lo lamento pero no tengo tiempo de criarle y por ello huyo
de las personas que tienen el tango por dentro y que se regodean en el dolor,
cualquiera que este sea, pero dolor y pava, lástima y desencuentro y repito, ¡yo no tengo tiempo!
Un
buen exponente es Cristina Kirchner, lastimosamente histriónica y de paso con
mal humor. Toma un micrófono y arguye impensables teorías que le han hecho
perder popularidad y aceptación en un país lleno de personas inteligentes y que
es la cuna, a mi juicio, de Europa en Latinoamérica.
Nadie
cree que no está detrás de la muerte del Fiscal Nissman, hallado muerto en su baño
un día antes de que iba a acusarla por turbios negocios lindantes al terrorismo.
Todos lo saben o por lo menos lo sospechan y ella lo lamenta otra vez con dolor
histriónico y con cara de tango.
De
las personas tóxicas lo mejor es guardar distancia, de los chismosos, que es
otra modalidad, lo más conveniente y divertido es descubrirlos, de aquellos
ladrones de la energía ni hablar y de los que llevan el tango y el dolor por
dentro, ni siquiera les dirijo la palabra, a menos de que sea absoluta y
perentoriamente necesario y en términos profesionales.
Como
corriente musical me encanta el tango. Mi Padre nos crió escuchándole. La
Argentina es un país que me apasiona y que no se parece al dolor y la traición,
excepto por Cristina. El Papa Francisco es un excelente ejemplo de su
gentilicio y el socio, LLEVA EL TANGO POR DENTRO.
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