EL VELO APARENTE
El
sábado preguntaba a unos alumnos, ya maduros y formados: ¿realmente saben cómo
y por que vuela un avión?, ¿realmente saben cómo flota en el agua un barco de
acero naval? Es como imposible que esto suceda, ¡pero sucede! Y más allá del
velo aparente de la lógica.
Todos
conocemos a esas personas a la que todo le sale fácil y con sonrisas. Todos
asumimos que deseamos ser como ellos y resulta que eso también es un velo
aparente. Esa persona ha trabajado para que esos resultados sean así, por
cuanto la excelencia es un hábito, diario, constante, permanente.
La
gran mayoría de los más famosos Premios Nobel, como es el caso de Gabriel García
Márquez, tuvo que escribir al menos veinte obras antes de ganar el Premio ¡es un hábito,
insisto! Es un ejercicio un entrenamiento permanente.
Esta
semana escuché algo muy cómico con lo que coincido, porque el hecho de que sea cómico
no le quita el serio mensaje y allí voy: “Los escritores, tenemos un permanente
monologo en la cabeza. Los demás tienen un celular”
Como
pregunté a mis alumnos, siempre me la paso preguntándome, para saber más. Es un
antiguo ejercicio aristotélico. Es el hábito de los filósofos.
Casi
cualquier cosa en la vida posee ese velo y paso a demostrárselo con preguntas
cuyas respuestas parecieran obvias, pero les ruego que dejen trabajar a su
mente:
¿Si
no saben cómo pueden volar unas novecientas toneladas de aluminio, como pueden
saber qué es lo que aun sostiene en el aire del poder a Nicolás Maduro?, si,
esto es un velo aparente, porque les ruego que hagamos el elemental ejercicio
de ponernos en sus inmensos y torpes zapatos. Yo he estado con mucha
frecuencia, cerca de hombres poderosos y les confieso que son tan humanos y tan
falibles como Usted y yo y recuerdo a aquel importante Embajador, siempre
impecable, su palabra no permitía una rendija de discusión, pero cada vez que
nos veíamos en Washington, se me acercaba y me susurraba: ¿trajiste
cigarrillos? Y yo le repreguntaba y ¿tu trajiste los chicles para el aliento? Y
acto seguido nos íbamos al baño a violar la ley, porque estaba prohibido fumar
en ese edificio y él tenía prohibido por su médico, por su mujer, por el Papa y
el resto del planeta, fumar.
Tengo
otro amigo cuyo vehículo Mercedes Benz, es el sueño de cualquiera y me contó
que un día estaba tan mal económicamente, que iba a cerrar un negocio, que por
cierto se le dio, pero que no tenía un solo bolívar para ni siquiera pagar el
estacionamiento. De manera que no todo lo que brilla es de oro. Nicolás Maduro,
no quiere ser él. Todos esos pillos, camaradas, revolucionarios, investidos de
la majestad de la protección a los pobres, tienen su dinero en Andorra y su
casa en Miami, sino ¿para qué ha servido esta absurda revolución?, todo, sin excepción,
posee un velo aparente.
Saludos mi hermano. Mi sueño es un vivir en un barco, un velero. Excelente escrito. Se te quiere quiere.
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ReplyDeleteTodavia hay gente que no percibe esos velos....
ReplyDeleteSaludos mi estimado y como decimos los pilotos de caza
Check Six!
Los hombres, en general, juzgan más con los ojos que con las manos. Todos pueden ver, pero pocos tocar. Todos ven lo que pareces ser, pero pocos saben lo que eres; y estos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría, que se escuda detrás de la majestad del Estado.
ReplyDeleteNicolás Maquiavelo
Ayer casualmente revise frases célebres de un Nicolás brillante Nicolás Maquiavelo quien en su clásico El príncipe expresó , cito:"Los hombres, en general, juzgan más con los ojos que con las manos. Todos pueden ver, pero pocos tocar. Todos ven lo que pareces ser, pero pocos saben lo que eres; y estos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría, que se escuda detrás de la majestad del Estado*.
ReplyDeleteEn este mundo traidor nada es verdad ni es mentira sino del color del cristal con que se mira
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