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Saturday, February 17, 2018

EL ECO DE LA VIDA


EL ECO DE LA VIDA

            Les ruego me comprendan, tengo algunas debilidades que intento ocultar, aunque a veces pienso que ya no me importan.

            Es sábado, he estado escribiendo todo el día y he hecho algunas antipáticas diligencias que nadie más puede hacer por mí. Ir al banco a depositar un cheque, comprar algunos utensilios y víveres, ¿Qué más da?, cosas del devenir que me alejan momentáneamente del placer de escribir mi más reciente novela y de repente, el hambre me atacó despiadada y todo estaba congelado, la verdad no tenía intención alguna de  cocinarme, menos de ir a un restaurant, no quería hablar con nadie, porque eso me aleja del pensamiento y la concentración y apareció la mágica idea de ir a Burger King a comer chatarra, pero rápido.

            Frente a mí, estaba ella, con su casco y esa suerte de chaleco fosforescente de seguridad, un pañuelo amarrado en la cabeza y unos jeans usados y llenos de polvo, mientras observaba un morral que pendía de sus hombros, ¡era una obrera de la construcción!

            Le dije a sus espaldas en inglés: ¡les admiro mucho!; y ella me contestó: ¿a quienes?, pues a Ustedes, los obreros de la construcción, porque yo fui uno de Ustedes y sé muy bien lo duro que es ese oficio. Por primera vez se volteó y me miró de arriba abajo, se fijó sobretodo en mis usados zapatos que otrora fueron exclusivos y me ripostó: pues Usted parece de otra clase, yo no le creo. Créame, le dije en español, cuando llegué al exilio lo hice en algunas obras en Coral Gables y creo que aprendí mucho de la vida, pero allí no habían mujeres.

            Me llamo Reina, tendiéndome una mano áspera. ¿Quieres comer conmigo? Y me dijo que sí.

            Reina es de Nicaragua y su esposo también es obrero, pero su hijo es estudiante del tercer año de ingeniería y también trabajará en la construcción, pero como ingeniero, me dijo con orgullo. Tiene veintitrés años aquí y probablemente tenga más dinero que yo, ¡así son las cosas en el país de las oportunidades!

            La vida tiene un eco, lo que digas volverá a ti. Te escucha y sabe lo que sientes.

            Reina y su esposo han sembrado y recogerán en su hijo una excepcional cosecha.

 

 

2 comments:

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  2. Tu escrito me trae a colación la diaspora que está ocurriendo hoy en Venezuela, ya llega a nuestros oídos historias de dolor, alegria, éxitos, xenofobia y discriminacion, habrá historias interesante que contar y los investigadores, periodistas y escritores tendrán bastante material ello!!!!

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