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Saturday, October 15, 2016

Y TE PEGO EN LA “S”


Y TE PEGO EN LA “S”


            Bien lo decía Francisco Herrera Luque en su encantadora obra “La huella perenne”.

            Miami se ha llenado de eso, tenemos que vivir indefectiblemente con ese defecto, es genético, incrustado a sangre y fuego en el ADN, desde creo que la tercera oleada de los Caribes, Taínos ¿Qué se yo? Pero persiste aun y después de tanto tiempo como una mancha, como una nube negra que se cierne con su lluvia, con su tormenta, con su baja presión.

            Herrera Luque, asegura en su obra, que leí hace un par de décadas, que poseemos una huella heredada que nos persigue y que obliga nuestra conducta, me refiero específicamente a los venezolanos y a los cubanos.

            Se los explico mejor: en aquella reunión de cazadores, uno de ellos fue conminado a contar de nuevo cuando aquel león en el África, herido ya como estaba, se escondió detrás del mogote y al él aproximarse le saltó encima, perdió con el golpe su arma y tan solo acudió a morderle en su espesa cabellera, allí, casi detrás del cuello y en eso el camarero le pregunto: ¿le sirvo otro trago Doctor?

            Al entrar de nuevo a conversación, el valiente cazador había perdido la hilación de la historia y como es de esperar preguntó a sus escuchas: ¿en dónde me quedé? Y al unísono dijeron, en que ¡tenías los pelos en la boca! A lo que él con verdaderos signos de admiración dijo ¡si ciertamente, que clase de hembra era esa!

            La huella perenne de acuerdo a Herrera la llevamos todos y está constituida por una triada explosiva…allí voy: “la habladera de tonterías del español, la flojera del indio y la sumisión del negro” ¿Qué les parece?

            Ayer me reuní con un socio en el bar. La idea era ponernos al día y tomarnos un par de tragos luego de una agresiva semana. Como siempre llegamos a las seis de la tarde y el bar estaba sin mucha gente, como a mí me gusta y Mario el barman, me sirvió un vasodilatador con hielo y soda. Saludamos a los amigos consuetudinarios, conversamos sobre el tiempo que no nos veíamos y llegaron esos tres. Eran venezolanos, altaneros, escandalosos. Mi socio, un colombiano educado y amable se sintió inmediatamente incómodo. Había una suerte de agresividad muy caraqueña en ellos.

            Pidieron a viva voz sus tragos y el bar los miraba expectantes, en silencio, cortaron toda amabilidad, mientras seguían informándonos de sus super-aventuras en paracaídas, en el golf, en el sky acuático frente a Key Biscaine y no podía faltar el buceo, la pesca submarina en los cayos, donde el valiente compatriota nadaba con los tiburones y como si de algo normal se tratara, las aletas le golpeaban de lo cerca que los escualos le pasaban, hasta que yo le interrumpí cansado de escuchar tanta mierda: ¿y las aletas te pegaron en la “S”? y el compatriota me preguntó: no entiendo lo de la “S”

            No pude menos que responderle y cortar la ecotimia negativa del tonto echón. ¡EN LA “S” DE SUPERMAN!

4 comments:

  1. Jajajajaja.....BOSS, se fue de rata y le cortó la inspiración al bobo ese, que seguro es el que pagaba la cuenta de los oyentes....
    Pero creo que cometió un error pues no era la S de Superman, sino la J de JUUUPERMANNN!!!... Toche ese, lo viera yo! nadando con un cazón de 60 cm de largo, a menos de 5 metros, y lo que prende es una turbina en el trasero para dejar el pelero!!!!....

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  2. Peor son ustedes, incorregibles en sus errores gramaticales. Se dice Zuperman. Entendieron.
    PD: cerré los ojos y vi la figura de los tres caraqueños hablando y gesticulando jejejejeje. Lamentablemente así somos. Jetones consuetudinarios.

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  3. De verdad que ese tipo a lo mejor no ha buceado en mar abierto jamás en su vida. Pero tienes tazón es la huella.

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  4. Bueno se me fue un tazón realmente como siempre tienes razón

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