TODO SALIÓ BIEN
Era
finales de aquel Enero y mi Padre llegó al restaurant a las faldas del Ávila,
cuando el abogado se le acercó para preguntarle sus nexos con un Capitán de
Navío con su mismo nombre y apellido, arguyendo que venía del Tribunal Supremo
y había visto una orden de captura para él.
Las
alarmas se encendieron, mientras yo hacía lo que mas me gusta. Estaba ensenando
en la Escuela de Aviación Militar y al montarme en mi carro, la mensajería
estaba llena y el primer mensaje era de Papá: “Hijo, tu bien sabes que la
palabra urgente, no está en mi diccionario, pero ¡llámame urgente!”
Al
haberme entrenado, el sistema bien sabía que no me aprehenderían vivo y sin
entrar en detalles que puedan inculpar a otros, me camuflé y no pudieron y
recuerdo aquel apartamento de playa que me prestaron y donde pude recuperar algún
sueno y a las seis de la mañana me llamaron para informarme que venían por mí y
salí de inmediato y los inexpertos funcionarios me pasaron por un lado sin
percatarse de que era yo a quien buscaban.
El
número nueve posee una marcada connotación en la cristiandad, muy bien descrita
por Dante Allighieri en la Divina Comedia y hoy primero de Febrero, llegué a
estas playas a crecer y a reinventar la vida, hace nueve años.
Como
Dios escribe en líneas sinusoidales, desde aquella caseta telefónica en la Isla
Caribeña, llamé a mi Padre, para decirle que ya estaba a salvo y que al día
siguiente tomaría un avión de American Airlines hacia la libertad, pero no
sabía dónde dormiría. Mi Padre, con su
sapiencia y equilibrio me dijo: “hace quince días hemos comprado un
apartamento, que ordené que amueblaran, no lo conozco, nunca he estado allí, ni
sabía porque lo comprábamos, pero Dios ya me ha dado la respuesta, espero que
te guste y puedes permanecer allí el tiempo que quieras”
Hoy
en la madrugada, después de escribir, me he ido al sitio donde estuve con Papá,
a la Ermita de la caridad del Cobre, frente al mar, la mañana fría como la del
primero de Febrero del 2006 y el sol a treinta grados de altura entre nubes y
tan solo logré mascullar una frase “Papá, todo salió bien” y comencé a llorar
sin entender por qué.
Los
exilios son deportes extremos que nos hacen resilientes o fracasados, es una elección
como casi cualquier cosa en la vida, mientras los días pasan, los anos y las
décadas y sigo pensando que estos individuos de mala entraña y de baja laya,
tomaron también la decisión de hacerme un gran favor, por aquella chanza de
vieja data que aplico a diario “si el
mundo te da la espalda, agárrale las nalgas y si del cielo te cae un limón, haz
una buena limonada”
No
puedo menos que agradecer lo que ha ocurrido en mi vida, donde he crecido y mi
epidermis posee la dureza de los cocodrilos de los Everglades, porque Miami, la
bella Miami, me ha sonreído y al final TODO HA SALIDO MUY BIEN.
Bernardo entiendo perfectamente tu sentir porque aunque mi exilio fue voluntario y no cargado de emociones tan dramáticas como el tuyo, coincido totalmente con la frase "el exilio es un deporte extremo que nos hace resilientes o fracasados" y tenemos que darle gracias a la providencia que ambos formamos parte una vez mas, del equipo que juega en el primer grupo y no en el segundo! FELIZ ANIVERSARIO viejo amigo!
ReplyDeleteExcelente!!!!!!!!
ReplyDeleteDonde estaran los que te desearon mal??????
Bravo Zulú, entiendo tus sentidas líneas, y reiteró mi respeto y admiración por el constante reinventar, aquí lo hacemos dentro de nuestra adversidad, capeando el temporal navegando para tiempos mejores
ReplyDeleteComo lo describes bien, Dios escribe sinusoidalmente y sus tiempos son perfectos, y como quiera que haya sido, todo ha salido bien. Excelentemente escruto, compadre.
ReplyDeleteComo puedes deducir, esa no es la palabra que quise escribir, y tampoco la otra que se le asemeja. I meant escrito. Aclarado.
ReplyDeleteComo puedes deducir, esa no es la palabra que quise escribir, y tampoco la otra que se le asemeja. I meant escrito. Aclarado.
ReplyDeleteTodo salió bien y ha sido para bien, Feliz Aniversario....
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