ESCANDALOSA INVASIÓN
VENEZOLANA Y EL HOMBRE NUEVO DE LA REVOLUCIÓN
Es
un restaurant que se define como Bistró. Comida americana e internacional con
influencia francesa. Sus pisos de madera pulida, luces difuminadas y
televisores por doquier, lo que llaman por aquí full bar y una barra
encantadora, en las afueras una terraza donde fumo tabaco y tomo algún licor
que metabolice el frío.
Fuimos
a cenar, no podíamos salir de la isla, por esa antipática construcción que
exponencia el tráfico automotor y aunque tenemos al menos cinco diferentes
restaurantes, este es el que mas me gusta y entramos e Ismael, un cubano que
habla perfecto inglés y que parece mas un ucraniano de Donetz que de Pinar del
Río, me pregunta: ¿Dónde quiere sentarse hoy Capitán? Y mi respuesta fue, en el
sitio con mayor silencio por favor y volteó como señalándome a un grupo
constituido por unas seis mujeres y un hombre que parecía también una mujer,
que gritaba para poder escucharse y en español y tan solo escogí como pude, la
mesa mas alejada de ese antipático y mal educado grupo, que no pegaba con el
fino restaurant francés.
Pedí
una botella de Felipe VII, del 2011, un vino jóven de excelente bouquet de la
Rioja alta española. La uva tempranillo me gusta mucho y como me interesa muy
poco el gusto de los demás, para mí el mejor vino es el que mas me gusta y en
eso soy absoluta y radicalmente un monárquico y malcriado.
Un
fideguá, antecedido por una sopa que recomendó Ismael, de vegetales y pollo y
al final un mousse de chocolate con cremas y la orden fue hecha y mi atención
inevitablemente se fue hacia el subdesarrollado grupo y afloró ese sonsonete caraqueño
inconfundible, junto a las vulgaridades de orden que identificaban al grupo
como recién llegados y borrachos venezolanos felices de que no los asalten e
inevitablemente ansiosos de llamar la atención de todos los comensales por
cualquier medio.
En
el grupo estaba una adiposa dama del ancho de una nevera de dos puertas,
licorada y tambaleante y de repente, frente a mis ojos tiró hacia nosotros su
copa de vino que se estrelló a mi lado contra la pared y el grupo todo gritó aún
mas fuerte para celebrar su bella locura… ¿tu si eres burda de loca? Jajaja,
gritaban los indeseables.
El
dueño apareció ipsofacto, una pareja de ancianos sajones se levantó de su mesa
exigiendo cordura, mientras mis deseos de asesinar a la gorda aumentaban. El
incómodo manager del sitio, junto a Ismael y otro camarero, se acercaron a los
invasores para exigir que pagaran la cuenta y se fueran y yo con inmensa pena
ajena pensaba en como remediar esta antipática y a la vez escandalosa invasión
de venezolanos indeseables, que conforman sin lugar a dudas el hombre nuevo y a
la vez mal educado de esta absurda revolución de chusmas y tontos.
Los nuevos ""ta barato, dame dos".LO QUE NATURA NON DA, SALAMANCA NON PRESTA
ReplyDeleteExcelente!!!!!!!!!!!!!!!!!!Ese es el venezolano viejo de siempre.
ReplyDeletepuro "LUMPEN" rojo rojito, que honesto puede viajar por turismo??
ReplyDeletesaludos Bernardito...