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Sunday, September 11, 2016

UN SECRETO EN LA BOCA


            UN SECRETO EN LA BOCA

            Isabel Allende adora a Venezuela y la define, no sé si para bien, como un país hedonista. Ella llegó del aburrido y bucólico Chile de la caída (gracias a Dios) del Presidente Allende, huyendo de la mano férrea de Pinochet y por supuesto se enamoró, pero infiero que le tomó tan solo un poquito de tiempo.

            El hedonismo es la busca del placer por el placer, es vivir para él, es hacerlo todo en busca siempre de la forma más placentera que exista y paso a enumerar algunas cosas, que han hecho del hedonista país el basurero que ahora es:

Damas de sociedad o no (al final todos somos de la sociedad) que no trabajan en nada, poseían, siendo de clase media toda una servidumbre que les otorgaba el estatus, me explico mejor: el único estatus, la única oligarquía que existe es la del intelecto, ese si nos separa, nos divide, nos coloca en el escalón correcto, pero ese es difícil de obtener, cuesta trabajo el cultivo de tan preciado sitial social, basado en el aprendizaje y la inteligencia, de manera que la Señora al tener una aburrida vida de compras pagadas por su esposo, teniendo una mujer de servicio doméstico veinticuatro horas en su casa, más la otra señora que viene los miércoles a planchar, el jardinero y por supuesto el conductor que lleva a los niños al colegio, aunado a su falta de educación, maltrata a sus servicios, a veces los humilla con su sola presencia y opulencia y vive, créanme, esa desafortunada vida de depender de la entrepierna para mantener el estatus que el marido le da, ¿Qué les parece?, este cuento es más común de lo que creen y entonces ¿ella que hace?, ¿si no hace nada?, pues tomaba café con sus amigas tan desempleadas e infelices como ella, hablaban del nuevo cirujano plástico que descubrieron al mejor estilo del Miss Venezuela, (que también es una inmensa y contundente prueba de hedonismo y una industria tan solo superada por el petróleo), pero se les podía escuchar en esas tertulias del desempleo pedir un cambio, porque los Adecos y los Copeyanos, se habían robado el país y la economía no estaba al gusto de las ignorantes tetonas y así fue y se abrió un ciclo nuevo de cambios y más cambios y ahora las prenombradas damas aparecen a la moda, con sus gorras tricolor, sus franelas ajustadas y por supuesto sus respectivas tetas nacionales, pero importadas de Francia (me refiero al origen del implante), pidiendo más cambio, mientras su esposo, que tiene el indefectible deber de mantenerle el estatus de vida o tal vez de muerte, hace negocios con el moribundo gobierno, pero a nadie se lo decimos.

Ese es el país hedonista al que se refiere Isabel, es como un secreto en la boca, no se escucha pero se siente en otra parte.

            Mi país está lleno de esto, es un ciclo del dolor y el placer (que a ambos solo lo divide una pálida frontera) y debe aprender pronto a trabajar, para pagar los servicios que quiere disfrutar.

2 comments:

  1. saludos y felicitaciones estimado colega amigo desde este basurero...

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  2. De nuevo estoy completamente de acuerdo con esta apreciación. Pareciera que hubieras sacado una película de ese grupo social y nos lo has descrito con tu siempre firme y afilada pluma.

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