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Wednesday, September 14, 2016

EL PAÍS DE LA COLA DE PAJA


EL PAÍS DE LA COLA DE PAJA

            Sí, no es nada bueno acercarse al fuego teniendo el rabo de paja, es un peligro muy grande, solo dado a algunos audaces inteligentes, pero no crean que hablo de la Venezuela actual, que se encuentra inmersa en el incendio socialista, hablo de un libro titulado de esa manera y editado en 1960.

            Dicen que los Corsos al ser originarios de la pequeña isla que vio nacer a Napoleón Bonaparte y otros bandidos, somos todos familia, pero yo no lo aseguro desde la perspectiva del siglo XXI, lo que si es cierto absolutamente es que se casaban entre ellos porque no había más gente y de hecho mi Padrino, tan venezolano como un joropo era de apellidos Capecchi Benedetti.

            Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, es el nombre de uno de los más famosos, inteligentes, hábil, talentoso y me temo que también simpático  corso que ha existido. Prolífico escritor de todos los géneros literarios y a esta altura creo que debo ir a más bares, a más bohemia donde se encuentren estos especímenes en extinción desde que apareció el reggaetón, ¡creo!

            Hoy me he dado cuenta que he leído apenas una docena de sus obras y son ochenta y lo que más me gusta del pariente Benedetti es su humor sin aspavientos, su humor neutral, ese sentido de lo abstracto y de que cada quien lo agarre como le guste. Evidentemente su historia personal no aguanta mayor análisis si pasáramos un clavo y rasgáramos un poco la pintura aparecería un izquierdista, pero nadie es perfecto, así son algunos Uruguayos.

            ¿Se dieron cuenta en el párrafo anterior que le llamé pariente? ¿Quién podrá aguantar mi arrogancia si descubriera que somos familia y además corsos? Y como es de esperar ya he escrito de él en este blog, mucho, más, nunca demasiado porque Mario Benedetti es oceánico y amable. ¿Recuerdan con el ladrillo al hombro? Lo arreglé de acuerdo a lo que le leí en “La casa y el ladrillo” publicada en 1977, o aquella obra inmortal del manejo psicológico de “Primavera en una esquina rota” y los diálogos de la niña, me resultaron comiquísimos, pero nada como la fuerza de la razón, la fuerza del intelecto y el estar centrado hasta en las peores y más desventajosas circunstancias como en la obra “Pedro y el Capitán” publicada en 1979, donde se denunciaba con maestría el actual flagelo de la tortura. De manera queridos lectores que hoy es un gran día, hoy fue un gran día porque nació uno de mis escritores favoritos, Don Mario Benedetti, que a partir de ahora y como abolengo sustraído desde la idea de este escrito, diré que era mi pariente directo y tan corso como la familia de mi Madre.

            ¡No es bueno acercarse al fuego con la cola de paja!  

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