EL PAÍS DE
LA COLA DE PAJA
Sí,
no es nada bueno acercarse al fuego teniendo el rabo de paja, es un peligro muy
grande, solo dado a algunos audaces inteligentes, pero no crean que hablo de la
Venezuela actual, que se encuentra inmersa en el incendio socialista, hablo de
un libro titulado de esa manera y editado en 1960.
Dicen
que los Corsos al ser originarios de la pequeña isla que vio nacer a Napoleón Bonaparte
y otros bandidos, somos todos familia, pero yo no lo aseguro desde la perspectiva
del siglo XXI, lo que si es cierto absolutamente es que se casaban entre ellos
porque no había más gente y de hecho mi Padrino, tan venezolano como un joropo
era de apellidos Capecchi Benedetti.
Mario
Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, es el nombre de uno de los más
famosos, inteligentes, hábil, talentoso y me temo que también simpático corso que ha existido. Prolífico escritor de
todos los géneros literarios y a esta altura creo que debo ir a más bares, a más
bohemia donde se encuentren estos especímenes en extinción desde que apareció
el reggaetón, ¡creo!
Hoy
me he dado cuenta que he leído apenas una docena de sus obras y son ochenta y
lo que más me gusta del pariente Benedetti es su humor sin aspavientos, su
humor neutral, ese sentido de lo abstracto y de que cada quien lo agarre como
le guste. Evidentemente su historia personal no aguanta mayor análisis si pasáramos
un clavo y rasgáramos un poco la pintura aparecería un izquierdista, pero nadie
es perfecto, así son algunos Uruguayos.
¿Se
dieron cuenta en el párrafo anterior que le llamé pariente? ¿Quién podrá
aguantar mi arrogancia si descubriera que somos familia y además corsos? Y como
es de esperar ya he escrito de él en este blog, mucho, más, nunca demasiado
porque Mario Benedetti es oceánico y amable. ¿Recuerdan con el ladrillo al
hombro? Lo arreglé de acuerdo a lo que le leí en “La casa y el ladrillo”
publicada en 1977, o aquella obra inmortal del manejo psicológico de “Primavera
en una esquina rota” y los diálogos de la niña, me resultaron comiquísimos,
pero nada como la fuerza de la razón, la fuerza del intelecto y el estar
centrado hasta en las peores y más desventajosas circunstancias como en la obra
“Pedro y el Capitán” publicada en 1979, donde se denunciaba con maestría el
actual flagelo de la tortura. De manera queridos lectores que hoy es un gran día,
hoy fue un gran día porque nació uno de mis escritores favoritos, Don Mario
Benedetti, que a partir de ahora y como abolengo sustraído desde la idea de
este escrito, diré que era mi pariente directo y tan corso como la familia de
mi Madre.
¡No
es bueno acercarse al fuego con la cola de paja!
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