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Thursday, July 7, 2011

Mi sombrero de Panama que es Ecuatoriano

De las personas mas famosas que lo han usado, nombraremos al Presidente Theodore Roosevelt, Humphrey Bogart, Frank Sinatra y al protagonista número uno de la segunda guerra mundial, Sir Winston Churchill, ¿les parece poco?, pero quiero decirles que yo también tengo uno y lo llevo con orgullo y el mío es muy fino, porque cumple con las mas, de mil seiscientas fibras tejidas por pulgada cuadrada, requisito indispensable para ser arrogante como yo y decirlo a aquellos que todavía no lo usan.
En la provincia de Manabí, hay un sitio llamado ¨jipijapa¨ un nombre algo excéntrico a mi juicio, pero que ha dado su originario nombre a mi sombrero, que no es panameño, sino ecuatoriano. Resulta y acontece que se hace con un material llamado ¨Palma toquilla¨ y que los científicos, (que lo complican todo) la llaman ¨carludovica palmata¨. Millares de estos sombreros elegantes, cómodos, veraniegos y otrora baratos, fueron exportados para los obreros constructores del canal de Panamá y llegó al máximum de popularidad cuando Roosevelt se apareció a pasar la revista correspondiente al área de construcción, que fue (como es lógico) profusamente documentada por la prensa internacional.
La ciudad ecuatoriana de Cuenca, posee la fama de producir la mayor cantidad, pero el mío no es de allí, porque el mío es mas fino y por ello es de Montecristi, que tiene el prestigio de hacerlos de la mayor calidad.
En las fotos viejas de mi Caracas rural, ya se veían sombreros de Panamá, luego durante la dictadura de Pérez Jiménez, los hombres trajeados se protegían e intentaban con éxito bajar su temperatura corporal, pero realmente, creo que fue glorificado, durante el siglo diecinueve y su venta internacional ha pagado revoluciones y campañas como la de Eloy Alfaro Delgado.
A mi admirado Álvaro Uribe, lo vi, en el interior colombiano con uno, poco mas usado y deformado, por las múltiples andanzas del demócrata.
En la vida he recibido regalos de toda índole, pero independientemente del valor monetario de ellos, siempre he visto con gentileza la actitud de aquellos quienes corren el riesgo de regalarme, no obstante, este regalo (mi sombrero), me llena de regocijo, por varias razones, entre las que están, el desinterés de Charito, (ella no sabe si soy millonario o un pobretón, si soy delincuente o un gran señor), excepción hecha de mi charla lúdica y pesada a la que con disciplina de una madre superiora, acepta entre las locuras del trasnocho de un escritor, que la atormenta con el café, lubricante del insomnio que lo hace funcionar con la dificultad propia de la toxina. Pero tengo una gran excusa, porque su esposo, (mi amigo John), toma mas café que yo, y ambos nos entendemos con la embriaguez correspondiente, ambos fumamos y nadie nos critica, ambos charlamos y todos quisieran compartir con nosotros, (pero no les dejamos), a veces, unos mas arriesgados interrumpen, pero son pateados con sutileza y se alejan arrastrando sus lástimas.
La más cercana historia del nombre de Montecristi, se refiere a lo que un cura párroco escribió, por cuanto la leyenda habla de un Señor de apellido Criste, que hizo su casa en la montaña.
Tengo a un amigo y eso es un tesoro y tengo un sombrero de Panamá, que es ecuatoriano, tengo a Charito y su finura y el olor de café y caro perfume que la envuelve en la delicia de su cultura y su garbo, propio de las damas antañonas que construyeron Montecristi en el siglo dieciocho.

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