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Sunday, July 3, 2011

EL MARCHANTE

EL MARCHANTE
Con notable preocupación observo a mis compatriotas en esa suerte de visión selectiva que desarrollamos los humanos (y que yo he desarrollado en el cada día mas catastrófico, caótico, antipático y arbitrario tráfico de la ciudad), como importan de manera creciente las conductas que otrora ponían en uso, en territorio patrio y que de alguna forma han hecho que aparezca como un furúnculo el gobierno que sufren allá, como consecuencia de su educación tercermundista. Sé que puede estar pensando que esto no le compete y es que así somos todos los humanos, sé que puede estar pensando de denigro de mi gentilicio, como si hubiese sido yo quien comete las infracciones de tránsito, pero le tengo una noticia: ¨yo no cometo infracciones de tránsito y me siento orgulloso de decirlo y escribirlo, corriendo el riesgo de que me acusen de arrogante, materia que me tiene sin cuidado ¨, pero era venezolano el individuo de la camioneta Mercedez Benz negra que se estacionó arbitrariamente , se bajó del vehículo, el cual dejó encendido, porque el fue a buscar un ¨momentico¨ a su hija, que estaba saliendo del colegio ¨Eugenia B. Thomas¨, era venezolana la Señora que violó el rayado amarillo de la 114 Av. Con la 58 St. y que paradójicamente conducía otra camioneta Mercedez Benz, pero de otro modelo ¿y que creen?, era compatriota el individuo que en el CVS trancó mi vehículo, porque el se bajó, solo un minuto y yo tuve que esperarlo ese minuto con mi peor cara, porque allí hay suficientes puestos para estacionar, pero la pregunta que cabe: ¿Por qué no violar la ley, si es solo un momentico?, la respuesta es que Ud. no puede hacerlo, porque viola los derechos de los que si cumplimos la ley, durante ese momentico, que no estoy dispuesto a regalarle.
Cuando pagamos los impuestos, todos (incluyéndome), nos quejamos, porque en honor a la verdad, da dolor trabajar tanto para pagarle al ¨Tío Sam¨ o a cualquier tío esa tajada de esfuerzo, pero resulta que en la ciudad no hay malandros, (aunque los ejemplos predichos dicen lo contrario)podemos salir a caminar con seguridad a cualquier hora y por eso soy testigo de los atropellos y tropelías que ocurren, porque me he convertido en un insigne marchante de las calles de Doral y puedo sentir el pulso de este conglomerado social , como también puedo ver el riesgo que corro, al enfrentarme siempre a las damas (no se porque siempre son mujeres), poniendo un mensaje de texto, o sacándose las cejas o maquillándose o buscando cualquier cosa imposible de conseguir en su inmensa cartera, mientras maneja y yo, caminando sin ningún tipo de defensa. Hablo de los impuestos porque espero que cuando me atropelle una de ellas, se de cuenta que me pasó por encima y use por vez primera el criterio, deje de hablar por su teléfono mientras maneja y en vez de gritar, pueda llamar a emergencias, para que me rescaten de las garras del mal vivir en una comunidad que percibo cada día mas difícil.
Me divierto cuando veo a la policía actuando en contra del mal entendido comportamiento ciudadano latinoamericano, al que debemos pisotear, hasta domesticarlo.

2 comments:

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  2. Me hace mucha gracia éste artículo tuyo, pues por ésas y otras razones, ésta otrora habitante de El Doral decidió partir hacia "lejanas" tierras en la Floridana costa del golfo de Méjico huyendo de tanta influencia de nuestro país y de otros que no voy a mencionar en aquella zona donde ahora vives. Tristemente hace 7 años que dejé lo que algún día, cuando compré allá, era un paraíso en lento crecimiento, rodeada de vecinos alemanes, brasileros o norteamericanos. Que pena que tengamos que sentirnos así frente a nuestra propia gente. Sin embargo, cuando visito Miami, que deliciosa experiencia es pasarse por la Reina de Las Empanadas y llenarse de sabor venezolano que tanto se extraña desde mi lejana orilla... ay, que mar de contrastes éste en el que flotamos...

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