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Sunday, March 15, 2020

PERO NO DEJEN DE ODIARME, POR FAVOR


PERO NO DEJEN DE ODIARME, POR FAVOR

            Si, ya me ha llegado por varias vías, como si eso no fuera grato: “los oficiales de la Infantería de Marina de mi promoción, te odian” y allí mismo los corrijo: “no solo los de la Infantería de Marina, sino también algunos de la Aviación Naval y el grueso está por su puesto en la flota”, pero debo aclarar que no son todos lamentablemente.

            Anoche mismo me paso, con oficiales muy queridos de la promoción de 1988 a quienes recibimos a bordo cuando estaban recién graduados. Entre ellos, tengo ahijados, compadres y amigos que me han demostrado su amistad y lealtad por décadas, pero por favor, a lo que vamos que no es de amores de lo que quiero ilustrar sino de odios.

            Al llegar al segundo año de bachillerato ya había leído la obra completa de Federich Nietzche, realmente no sabía para que, hasta aburrido me parecía en aquellos años de inmadurez intelectual, como creo que es natural, pero miren lo que he conseguido de ese autor: “No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior”

            Les tengo malas noticias a mis odiadores, porque al no poder argüir mayores cosas en términos profesionales, acuden a otras que al menos no resultan conmigo y paso a explicarlo: “es que claro que hizo eso por el apellido” y tienen razón, mi apellido me ayudó mucho y hay cosas de las cuales nunca se enterarán que les haría odiarme aún más. De hecho estoy persuadido que navegar tan solo dieciséis años es muy poco, me hubiese gustado comandar más buques de guerra, porque considero que los cuatro que comande fueron pocos.

            Muchachos de la promoción 1988, deben aprender a odiar con un poco más de furor, de rabia, de rencor y agregarle 500 miligramos de desprecio y no se queden en la pusilánime expresión de que soy y he sido un burgués, no señor, deben agregarle algo que dé más rabia y odio, ¡digan que soy un aristócrata!, esa si me gusta.

            Deberán escribir en su chat que no es la flota la razón por antonomasia de la organización naval y digan que lo dije yo, ya saben por aquello de confundir al enemigo y agreguen que ya no es una Marina de Guerra, sino una Marina de Infantería y allí el termómetro de odio va subiendo, la columna de mercurio ira escalando, mientras leo a Plutarco: “El odio es una tendencia a aprovechar en todas las ocasiones para perjudicar a los demás” o mejor aún a Lord Byron: “No hay pasión más ilusa y fanática que el odio” y debo recordarles que el contrario del odio no es el amor, sino el miedo, por ello, les pido a los infantes de marina que me sigan odiando y por favor nunca olviden que no existe esa vocación cuando se entra a la Escuela Naval y no se puede ser comandante de lo que no se conoce, allí están los resultados.

Bernardo Jurado es el autor de “La fragancia de la rebelión” y ocho libros más, todos a la venta en Amazon y las más prestigiosas librerías de Miami y el mundo.

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