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Saturday, August 11, 2018

LA DICTADURA DEL ABSURDO


LA DICTADURA DEL ABSURDO

            Dice ella: que los orgasmos más escandalosos que ha tenido, incendiarios, plenos, largos y sentidos, han sido con un hombre con cola de caballo, ¿Por qué no te las dejas, Papi?

            Me parece tan sexy un hombre con un arete en el lóbulo de la oreja, que me encantaría que te pusieras uno….!papi!

            Tú sabes que es importante para una mujer, que su pareja le haga de vez en cuando una prueba de amor: ¿podrías hacerte un tatuaje en el brazo izquierdo, el brazo del corazón, con mi nombre?

            Y luego los dejan porque a ellas les parecen muy femeninos para su gusto.

            La moda, “la dictadura del absurdo” es eso, una obligada manera, nada subliminal, de intentar pertenecer a la manada, de ser aceptado por la también absurda sociedad. Cualquier muchacho que no tenga hoy día un tatuaje, pues puede ser tratado de conservador, de sumiso, de poco adaptado, de blandengue, de poco agresivo, pues, malas noticias: de acuerdo a una encuesta que he leído hace algunos meses atrás, de hombres de mi edad tatuados, el noventa por ciento de ellos están arrepentidos y el otro diez por ciento infiero que sostienen la absurda posición, tu sabes, para no develar la verdad que a todos duele en esa materia: ¡fue producto de la inmadurez, para nada sirve, no es arte, es propio de presos y putas, fue una noche de copas, o como el párrafo anterior, fue una prueba de amor”, ¿Qué más da?

            Cuando vemos aquella lejana moda de los setenta y ochenta, hombres con zapatos de plataforma, infiero que para verse más altos, o aquellos trajes con esa inmensa solapa, pantalones de bota ancha, ahora todos reímos de ellos y damos gracias a Dios de que esa moda era deleble, podías dejar de usarla, de hecho ya lo hicimos y me incluyo, porque cuando veo aquella fotografía de mi fiesta de graduación de bachiller en aquella Caracas mojigata, donde llevaba un traje blanco con las características prenombradas, disfrazado de John Travolta en “Fiebre del sábado por la noche” y veo a mis compañeros todos uniformados con el mismo atuendo, no puedo menos que dar gracias a Dios de que pude quitarme el traje y ahora uso otros, pero ¿y si fuera un tatuaje con el nombre de mi novia de bachillerato, que ahora es una respetable abuela?

            La moda, con ella, con esa dictadura de la psiquis, se debe tener mucho cuidado. No hace falta estar o ser adaptado a la manada porque no somos animales, o al menos algunos no lo somos y no sé porque hablando de dictaduras y animales, me acordé de Nicolás Maduro, esos desvíos del pensamiento no pasan a todos.

            He conseguido algo de Coco Channel, que me luce encantador y ajustado a lo que digo: “Para ser irremplazable, uno debe ser diferente” de manera que la invitación a los inmaduros, tengan la edad que tengan es que seamos diferentes y luchemos con elegancia, contra la dictadura del absurdo, ¡la moda!

 

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