500 BESOS
Quieren
mi opinión con respecto a esta infamia económica que acaba de dilapidar los
retazos de país. Los médicos no dieron consulta privada el viernes ni hoy lunes
porque no saben cuándo cobrar. La explicación matemática de Maduro, la podemos
inferir en cuanto a su exactitud. La incertidumbre es total y mi amigo Napoleón
Bravo quería que analizara lo que sucede en su programa diario “Bravo 24”
Yo
me voy por otro lado, por el lado luminoso, lejos de las emociones negativas
que ensombrecen los ánimos, si, esas emociones como el miedo, los celos, el
odio, la venganza, la avaricia, la superstición y la cólera. ¿Les suenan
familiares todas esas emociones?
Pues
yo me conecto con las otras, con las transparentes como el deseo, la fe, el
amor, el sexo, el entusiasmo, el romanticismo y por supuesto, ¿cómo no ponerla?,
¡la esperanza!, ahora detengámonos un momento en esta última, porque el planeta
está lleno de esperanzados sin motivo, sin racionalidad y sin criterios, lo que
los hace estar al borde del suicidio cuando la esperanza no se convierte en esa
realidad que solo está en su mente, de manera que al menos los esperanzados deberían
tener una vía fáctica por donde entender que la tal esperanza puede ser una
realidad si se cumplen con elementales parámetros de medición, sino, pues, es
un auto engaño.
Cuando
conocí a Facundo Cabral, en el canal de televisión donde trabajaba, me pareció
un tipo cónsono con su prédica, pero lo que más me llamó la atención fue cuando
dijo que por cada bomba que estalla en cualquier guerra, hay millones de besos
silenciosos. Un tipo interesante Facundo, del cual escribí el día de su trágica
y absurda muerte.
Yo
le dije a ella: ¡te voy a dar quinientos besos! Y sonrió infiriendo que era
mentira, pero me temo que lo he cumplido a cabalidad.
Ya
no me interesa, lo lamento, ya no me interesan los desastres que hagan estos
pillos, porque mi vida, nuestra vida, no puede ni debe ser reactiva a cada
desacierto de ellos. Ya no hay análisis que valga en términos económicos, sociopolíticos,
geopolíticos, monetarios, estadísticos, ya nada aguanta un análisis que no sea psicológico,
psiquiátrico, ninguno que no sea al menos humano entendiendo que están enfermos
de la mente y el espíritu.
Le
dije a ella que escribiría un artículo titulado 500 besos, se lo dije en el bar
donde escuchábamos boleros viejos, llenos de pasión y esa psicopatología del
dolor, o ¿es que acaso han escuchado algún bolero alegre y enjundioso?
No
solamente le he dado quinientos besos, sino que también escribí el artículo,
intentando vivir fuera de esta endemia de quejas con la que mis amigos y
compatriotas ahogan las redes sociales. Por eso escribo, sin mucho éxito, sobre
temas espirituales que puedan brindar a los dolidos venezolanos esa esperanza
que solo está en la mente de un tipo como yo, conteste con mi plática,
coincidente con mi prédica, pero sumamente disgustado con las palabras merma,
lenidad, flojera, acomodo, viveza, rapiña, corrupción.
Cumplí
mi palabra, ahora voy por otros ¡quinientos besos!
Cuando la lleves al bar de los boleros le pides "Una docena de besos" por Celio Gonzàlez y la Sonora Matancera. O me invitas y yo se la canto para tì. Saludos!
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