LA MUERTE
PENDULAR
Si,
ciertamente mi querido amigo, le decía a mi mentor. Hay personas que parecieran
vivir una muerte pendular, como la del cuento: “La muerte pendular de Raymundo
Manzanero”
Es
una suerte de cacofonía elemental el vivir una muerte pendular, pero es que es así.
El acto del vivir sin entender las reglas del juego es morir como Raymundo, pendularmente
tomado del cuello.
Estás
a tan solo un pensamiento de cualquier distancia a donde quieras ir. Así lo
escribe también mi buen amigo Willy Merlino en su excepcional obra “Gotas de
amor” la cual recomiendo con todo aprecio y déjenme comprobar el aserto
anterior contándoles como conocí a Willy.
El
Capitán Uruguayo y yo tomaríamos unos tragos en su bordo, para celebrar que su velero
había sobrevivido el Huracán como un viejo perro de mar y cuando llegué al
muelle, me llamó desde otro bordo, un catamarán majestuoso e imponente. Me
acerqué y allí estaban los dos; y el uruguayo me presentó al Capitán Willy
quien me invitó a zarpar y degustar unos vinos, porque es argentino, capitán y
escritor. ¡Lo que podríamos llamar una mezcla explosiva!
Willy
me dio un ejemplar y pidió mi opinión y la verdad es que es un talentoso,
profundo, amable y cómico escritor de historias que hilvana con una gracia
inigualable y una finura sin igual. El libro está lleno de sorpresas y es sobre
su azarosa, promiscua, lujuriosa vida anterior y la elegante vida de ahora, que
con la madurez es mejor y más profunda. Está bien casado y es un hombre
sencillo y con una personalidad sólida, lo que lo hace humilde, íntegro y
enemigo jurado del ego. ¿Paradójico verdad?
O
cambias o perecerás ahorcado como Raymundo Manzanero. Cuentos que leo con fruición
en la obra compilatoria titulada “Aquello estaba deseando ocurrir” de un
Leonardo Padura que no conocía. Es un Leonardo joven literariamente y se pasea
por el universo habanero de forma magnífica protagonizadas las historias por
soldados cubanos que llegaron de Angola y el azar los transporta al pasado y
que se sienten doblemente traicionados al abandonar al absurdo país africano.
La
compilación precitada va creciendo sabrosamente con estudiantes seducidos por
cantantes de boleros de antiguo esplendor, por personajes que recorren sus
pobres vidas en busca de afecto, por supuesto también se crecen personajes que sueñan
con ser escritores y cuyas biografías, que es el punto a donde quiero llegar,
son los relatos más conmovedores, por cuanto tu vida no son tus miserias, tu
vida no son los sufrimientos y sacrificios si acaso los hubiere, tu vida, es al
final del día, esa visión selectiva que tienes al resultado final, que siempre
es feliz, porque si no es así, seguramente estarás por siempre muerto y seguramente
pendulando de esa viga tomado por el cuello, como el oscuro personaje comunista
Raymundo Manzanero.
Eres
lo que piensas y cada respiro es un milagro. Otros piensan lo que creen y
consideran el respirar un derecho adquirido. Al final, solo tú puedes y debes escoger.
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