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Friday, December 25, 2015

QUERIDO SANTA, TRAEME UN IMPLANTE MAMARIO!


    Una de cada tres niñas en mi país Venezuela, da a luz, teniendo menos de diecinueve años de edad. A esto le agregamos, que tan solo ayer leía otra estadística que nos colocaba en la nación con mayor cantidad de mujeres menores de edad embarazadas.
    Hemos escrito con anterioridad sobre el calendario Juliano de la época del medioevo y por el cual nos regimos por siglos, hasta la llegada del Papa Gregorio, quien matemáticamente actualizó los solsticios y equinoccios, agregó los días que hacen de un año bisiesto y diseñó con éxito el actual calendario y lo imbricó al santoral cristiano y por ello podemos decir que hoy veinticuatro de Diciembre es el trigésimo quincuagésimo octavo día del año calendario gregoriano y restan para que fallezca este año, tan solo siete días.
    Es costumbre universal, pedir, hoy, día del nacimiento del niño Dios, que todo lo da y todo lo quita, que ama infinitamente y quien es el creador de todo cuanto nos rodea y lo que no, toda una suerte de cosas materiales, bajo la creencia y la ilusión infantil, que el viene en la noche de su nacimiento, cuando ya estamos dormidos a complacernos por ser buenos niños y haber cumplido con los mandatos paternos. En otras latitudes, se le atribuye este mandado a San Nicolás, llamado también Santa Claus, quien viene en su trineo, halado por ciervos voladores que hacen de la fábula un encanto sublime de inocencia infantil.

    Cuando el comunismo entra en una sociedad, todo lo sublime es asesinado a sangre fría. Observen la cara de cualquier próspero comunista y verán en el o ella, esa expresión de rabia hacia algo indeterminado, no sonríen, sino que hacen una mueca, no hablan, normalmente gritan y el botox no funciona en el entrecejo, parecieran disgustados, maltrechos y es requisito del partido, vestir como mamarrachos, porque el comunismo requiere de un voto de pobreza y se lo toman tan en serio, que también son pobres en su espíritu, en nada creen, nada profesan, que no sea el resentimiento y la arrechera porque el mundo no los entiende. Santa Claus, debe ser eliminado de la inocencia, porque esas cosas producen hombres sensibles y no los queremos, porque eso no comulga con el proletariado. Ese gordo pendejo vestido con el rojo de la revolución, no debe ser visto en los centros comerciales haciendo el bien y logrando sonrisas, NO.
    En esta sociedad venezolana, que aun puede salvarse de las garras de la ignominia comunista, esta sociedad en caída libre hacia la estupidez, que aun pudiese escuchar con atención o tal vez con estupor, que Santa Claus es de la cuarta república, hay damas sumamente asustadas, porque sus implantes mamarios son de esos franceses que vinieron con defectos y a mi me importa un bledo. Lo que si me importa y que a la vez sugiere la inserción del comunismo en el antivalor que implica, es que también leía, que en mi país las niñas obsesionadas por parecer mas unas vedettes que imitan a sus madres, que unas inocentes infantes, piden de regalo del niño Jesús sus implantes y al menos conozco a un estúpido padre, que complació a su niña de catorce años en su bella e inocente solicitud. Feliz navidad y que Santa Claus les traiga sus nuevas tetas!
 
PD: escrito ya hace algunos anos, estas letras decembrinas siguen teniendo vigencia.

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