LA HORRIBLE FUERZA DEL PRESENTE

LA HORRIBLE FUERZA DEL PRESENTE

            Luisa enviudó de manera intempestiva y poco amable, cuando su elegante esposo quien se bajó en el estacionamiento privado de su lujoso Volvo, fue apuñalado por el indigente paranoico.

            Todo quedó en casa como él lo dejó ese día, la cajetilla de cigarros con solo tres de ellos, sus múltiples corbatas, junto a los elegantes trajes, sus sombreros de pajilla que le daban ese garbo de poeta francés, todo igual, pero vacío, todo en su sitio pero sin sentido. Su estilográfica sobre el escritorio, aun con tinta fresca por supuesto y sus zapatos de goma con los que corrió en la mañana, junto a la ropa aun mojada de su sudor que ahora secará para siempre, hasta botar los objetos que ya no pertenecen a nadie, porque su dueño ha muerto y sus niños aun no lo saben, nadie lo sabe, nadie sospecha la fuerza del presente, que tras la horrible puñalada hace horrible también el presente, que se vive aun con el cuerpo caliente o mejor dicho se vive con el cuerpo muerto.

            Luisa no lo cree, no lo quiere creer, no tiene capacidad para ser viuda, jóven, amada, con futuro, por un estúpido loco, seguramente droga adicto, que quiso vengar la vulgaridad de su vida en la decencia de su apuesto marido.

            Esto podría ser un introito apropiado para el comienzo de una novela, pero la novela ya existe, es verdadera una suerte de deja vu que nos lleva a máxima velocidad a la realidad:

            Maduro pide a trabajadores de CANTV, un plan para el mejoramiento del servicio.

            El Aissami: la derecha tendrá la Asamblea Nacional, pero el pueblo tendrá la calle.

            Maduro: máximo compromiso con la revolución, hermanos de las FANB.

            Llegan 41 contenedores de alimentos a Bolipuertos de Maracaibo.

            Y puedo seguir (sin buscar mucho), poniendo titulares absolutamente ciertos y verificados que forman parte de la horrible fuerza del presente.

            No es a los trabajadores de CANTV  a quienes se les debe exigir el plan para el buen servicio. En el segundo de los casos, no es cierto lo de la derecha y mucho menos lo del pueblo. En el tercero de los casos citados los militares ya no tienen compromiso con la horrible fuerza del desastroso presente y mucho menos se consideran hermanos del tonto Maduro y que lleguen tan solo 41 contenedores a la inmensa ciudad de Maracaibo, no es una noticia, es un desastre. No voy a seguir a esta avanzada hora de la noche, pero el presente le ha estallado al gobierno en la cara como una granada de mano, porque ya nadie les cree, no se sienten corresponsables y por ello no les acompañan, aseguran de acuerdo a una importante experiencia, que estos crápulas no tienen y no quieren tener capacidad para gobernar y ¿saben qué? Yo lo lamento y mucho, porque este fallido experimento revolucionario ha costado tanto, que será difícil, pero se me olvidaba algo: probablemente sea menos difícil, con la ayuda de los chavistas.

¡Por cierto renunció Aristóbulo Isturiz al PSUV!