HOY ES UN BUEN DÍA
A las cuatro de la mañana les desee
a las personas en el puente una feliz navidad y recibí la guardia navegando en
el infernal mar del Golfo. Café, posiciones geográficas, las instrucciones del
Comandante y las reglas de enganche, el tráfico de comunicaciones clasificadas,
conversación con el Centro de Información y Combate, éramos los únicos locos
navegando aquella navidad, pero alguien tenía que hacerlo, alguien debía cuidar
de las fronteras marítimas, estábamos convencidos, motivados, no puedo negar
que vi cabizbajo a más de uno de los jóvenes marineros, pero seguramente era la
excepción.
Al
orto, nuestros sensores vieron que estábamos acompañados por un tanquero que
salía por el canal de Maracaibo, pero estaba lejos, los radares lo vigilaron
como quien lo hace con un hijo, lo veíamos y seguíamos hasta perderse en la
inmensidad y seguramente él nunca lo supo, nunca pensó que una Fragata Misilística
de última tecnología velaba su sueño en secreto. La Guerra Electrónica le
registró en la base de datos, la Frecuencia de Repetición del pulso, el
ancho de la banda de transmisión, la frecuencia, casi hubiésemos podido obtener
el número de la cédula de identidad del Capitán, teníamos su huella por
siempre, le reconoceríamos donde fuera, su mundo ahora era más pequeño y
predecible.
Ya
con luz de día llegó el Comandante, su conversación grata y profesional,
admirado por todos y temido por algunos. Siempre pendiente de sus tripulantes
me preguntó secamente: ¿tu esposa debe
estar a punto de dar a luz en estos días? Le contesté: está previsto el parto
para el 27 de Diciembre.
Un
silencio, mientras él desde su silla veía el horizonte.
Infórmele
al Comando de la Escuadra que procedemos a hacer un toque operacional en Punto
Fijo y tan solo le repliqué: ¡eso no está previsto en las órdenes! Y me
contestó de mala manera: ¡lo estoy ordenando yo!
A
media mañana me llamó para decirme que preparara mi equipaje, que me quedaba en
tierra, que asistiera el parto y que viniera cuando todo estuviera en perfecto
orden con la familia. Tomé un taxi que pudiese describir como un fosil, que me
llevó hasta una parada de autobuses que no tenía autobuses hasta que llegó uno
destartalado, llegué a Valencia, tomé otro y un tercero, otro destartalado taxi
que no quiso subir la pendiente de los Naranjos del Cafetal por tener problemas
en los frenos y allí a las diez de la noche, bajo la lluvia, no tuve otra opción
que levantar el dedo y pedir un envión a un buen samaritano; y llegué.
El
trabajo de parto comenzó en la madrugada del 26 de Diciembre y antes del
amanecer estábamos en la clínica Ávila, de la mano sabia de mi Padrino el Dr.
Luis Enrique Capecchi Benedetti
Hoy
nació mi segundo hijo y la historia se repite, ¡hoy es un buen día! Y ahora recuerdo con amor
todo aquel pequeño sacrificio pagado con creces cuando le ví por primera vez y
tan solo puedo recordar al bardo cumanés Andrés Eloy Blanco con aquella
pregunta en “los hijos infinitos”: ¿Y cuándo se tienen dos hijos? !Feliz cumpleaños mi hijo amado!
Felicidades a ambos.
ReplyDeleteFelicidades a ambos.
ReplyDeleteMuchas felicidades
ReplyDeleteFelicidades y mis mejores deseos para toda tu familia
ReplyDeleteIncreible Historia, para siempre recordar!! Felicidades a los dos!! un fuerte abrazo!!
ReplyDeleteHumberto Hernandez
Conmovedor y candoroso relato. Dios bendiga a ese hijo infinito y que los genes cumplan su designio magistral. Buena cepa la de su linaje intelectual.
ReplyDeleteFelicidades
ReplyDeletefelicitaciones a tu hijo y a ti por tan bonito escrito recuerdo, asi eran nuestras vidas..i mayor nacio en el 67, yo a bordo del D-21 en dianca y no hubo problemas para asistir al hcfa, y la seguna en el 73 estaba en epar en curso tactico y tampoco hubo problemas para sistir al canes hospital naval, pero has vivido lo tuyo y isnceramente te saludo y felicito, desndote lo mejor para el venidero año.
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