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Monday, April 1, 2019

PRISIONES O PALACIOS


PRISIONES O PALACIOS

            El jardín estaba bellamente adornado con luces, candelabros, velas y poltronas blancas entre la vegetación. En tazones de plata, hieleras, estaban las botellas de proseco italiano y champaña, mientras los hombres bebíamos whisky y la música en el nivel correcto.

            Al entrarse la noche, estimando las once y treinta, las risas, los chistes sin parar y el volumen de la voz, me hicieron pensar que pasaría lo que contaré, por cuanto era un día de semana, creo que jueves y llegó la policía de la ciudad de Coral Gables, si, dos recios y profesionales oficiales que nos dijeron en inglés que la cosa se acababa muy pronto, a menos que quisiéramos seguir la fiesta en el interno de la casa, pero con la condición de no disturbar a los vecinos.

            Un venezolano, forastero de estas tierras, al irse la autoridad comenzó a quejarse de este país; que si aquí nada se puede hacer, que fastidio, que rigor etc. Sin percatarse que los oficiales nos esperaban afuera para cerciorarse de que nadie manejara bajo influencia etílica. Como es de esperar el foráneo indeseable estaba un poco pasado de tragos y su esposa lo estaba más. Inmediatamente al encender su carro alquilado le tocaron el vidrio, para hacerle la prueba de alcoholemia y Miami dejó de ser para él, el palacio glamoroso donde pasar sus vacaciones para convertirse en la prisión terrible donde pagar su subdesarrollo.

            Se preguntarán: ¿y tú, no estabas bebiendo?, claro que lo hice, un par de tragos fue suficiente en noche de jueves, pero paré todo al menos una hora antes de manejar, con una vigorosa ingesta de agua. ¿Qué fastidio, verdad?, pues no, no es así, es lo correcto, lo civilizado, lo seguro para la vida de todos y si acaso no le gusta mucho esta prisión, pues quédese en la Venezuela a la que considera el palacio, donde le dejan manejar con un trago en la mano para evitar la resaca, mientras llega a su casa.

            Todo depende de nosotros, yo también lo hice y mis amigos bien lo saben, pero es que el primer mundo tiene reglas y por eso es el ¡primer!, mientras que en mi país, Venezuela, las reglas son del cuarto mundo o como vemos en las noticias: ¡simplemente no hay reglas!

            Todo esto lo escribo no porque esté fuera de la realidad actual de la Venezuela del hambre, de la falta de luz y agua, de los asesinos colectivos, de la satrapía más grande, no y más no. Todo esto lo escribo porque nos encontramos exactamente en el proceso doloroso del aprendizaje, porque la fiesta acabó y llegó la hora de trabajar con responsabilidad y disciplina. Llegó la hora de hacernos responsables de nuestros actos, llegó la hora de rebelarse contra el vivo, el absurdo, el mentiroso y violador de la ley, como lo han sido Chávez, Maduro Diosdado, los hermanitos Rodríguez y los más de cuarenta ladrones que irán a la cárcel a purgar sus desmanes como el venezolano foráneo que convirtió a la bella Miami y sus palacios en la prisión de su absurda conducta.

 

1 comment:

  1. Una vez tuve la "necesidad" de vivir en Miami durante dos largos años. Viví en Quayside Towers de Biscayne Blvd, y al poco tiempo de residir allí, una comunidad casi 100% norteamericana y anglo parlante en ese momento, me invitaron a un cóctel en el Doral. Al bajar al estacionamiento del edificio, me encontré por casualidad con Carlitos, uno de los conserjes, nicaragüense de origen pero nacionalizado y con 20 años en USA, y al verme "enperifollado y perfumado" me pregunto si iba de fiesta en su ya "casi ininteligible español": ¿Mr Rodriguez going out for rumba?. Le contesté que si, y entonces me dijo: "mejor no drive o police será problema pa ti" , y me convenció para pedir un taxi. El venezolano de tu historia, estando de vacaciones en ese"primer mundo" no tuvo la suerte que alguien le advirtiera de su mala costumbre tercermundista

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