APRENDIENDO
IMPACIENCIA
Si
mi amigo Eli Bravo y sus alumnos de las infalibles y excepcionales técnicas de
mindfulness, meditación y budismo, leyeran lo que paso a relatar, estoy seguro
que me vería sin un ápice aquiescencia y hasta con sospechas.
¿Estamos
invitando a la impaciencia? Pues sí, si lo estoy haciendo porque desde siempre
nos educan a que las cosas tienen su momento, que esperes a que todo marche, ¡tranquilo
todo viene de acuerdo al plan!, (pero nadie lo conoce) y lo hago con plena
conciencia de romper mis propios procesos educativos, de romper mi conducta
dilatada ya por los años y todo ha pasado a partir de haber leído una frase célebre
que me ha puesto a meditar y a conseguir el término medio. Siga leyendo, por
favor:
Hemos
roto un record con las 6.122 protestas que se han hecho en Venezuela en lo que
va del 2019 y eso es impaciencia y además estoy de acuerdo. En todo el 2018
apenas se hicieron casi 13.000, de manera que vamos por la mitad del número y
no hemos llegado a la mitad del año y eso, ¿saben que es?, es impaciencia.
De
las protestas venidas en muchos casos a más como rebeliones, se tiene el nada
favorable ni halagador saldo de cincuenta y un muertos a manos de los pillos de
“Las fuerzas de acciones especiales” FAES, los colectivos asesinos y
delincuenciales y algo nuevo para mí llamado las RASS, que traduce “redes de articulación
y acción sociopolítica”
La
media aritmética de las protestas es de setenta diarias y ya eso no es
impaciencia, es desesperación. Pero a lo que vamos: veo a punta de golpes
recibidos en veinte largos años una madurez política en grandes sectores de la población
que no permitirá más a ningún improvisado, que verá con cautela, escepticismo y
hasta asco a la corrupción y que intentará conseguir el sosiego y la paz, después
el castigo que merecen estos pillos, pero no antes, créanme.
Gurbaksh
Chahal es un muchacho de origen hindú de apenas treinta y seis años de edad,
que se hizo ciudadano americano y se calcula su fortuna en unos $200 millones y
por ende es catalogado como un “hombre de negocios americano” o sea, “american
businessman”. A los veinticinco creo dos páginas web de publicidad por internet
y podemos seguir hablando de este exitoso joven, pero sería perder el objetivo
por aquello que me ha impactado en la búsqueda siempre de las historias de vida
de los hombres como él: “Si realmente quieres algo, no lo esperes. Aprende a
ser impaciente”
Esto
lo escribe un hindú, seguramente meditativo y religioso como casi todos ellos,
y lo hace porque es cierto. Conozco a un ejército de personas que están
sentados en una mecedora en el porche de su mente esperando a que algo pase
porque ¿tienen esperanza?
Venezuela
está impaciente y me temo que eso tiene un ángulo muy bueno, porque el mundo libre
lo sabe y también están impacientes, porque todos queremos lo mismo y no
estamos dispuestos a seguir esperando.
Bernardo Jurado es el autor de: "La fragancia de la rebelión" a la venta en Amazon
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