ENTRE CIELO Y TIERRA

ENTRE CIELO Y TIERRA

            Sobre el azul del mar y bajo el azul del cielo, el bardo cumanés describía la grandeza del arte marinero. De alguna forma, todos nos encontramos entre los azules, hasta que el comunismo llega y todo lo enturbia.

            Cuando cae el muro de Berlín, que dividía a las dos alemanias, se encontraron de frente dos realidades, dos sociedades, dos pensamientos, dos culturas, dos antípodas, dos humanos totalmente díscolos: unos prósperos, actualizados e inteligentes, adaptados a la realidad del primer mundo, del conocimiento y el crecer con las libertades tan grandes entre el cielo y la tierra y la otra, la oscura, la tenida del sucio de años sin mantener, la pasada de moda, la arbitraria y absurda.

Entre el cielo y la tierra, se dice que no hay nada oculto y no existe comunista sobre la faz de la tierra que no desee ser un burgués; ya lo hemos escrito antes con respecto a los ateos y los absurdos comunistas: son ateos hasta que comienza a caer el avión y arguyen todos los recuerdos de aquella abuela rezandera y confunden bajo la presión de las gravedades y el vacío, las aves Marías, con credos, Padres Nuestros y gritos, esperando ser salvados por la mano divina en la que supuestamente no creen y allí, en ese momento cercano a la muerte, se dan cuenta de sus falencias teologales. En otro orden de ideas son comunistas hasta que ganan su primer millón de dólares del enemigo al que tanto odian, depauperan, satanizan pero en secreto admiran.

¿No me creen verdad?

Como siempre, no espero su aprobación, solo me remito a las pruebas entre el cielo y la tierra, porque aquí, en la cuna del exilio, se encuentra un General Del Pino por ejemplo, ese General que se robó un avión de combate cubano y aterrizo en los Estados Unidos de América, pero ¡alto!, deténgase, stop. Como es de esperar para llegar a ser General tuvo que haber participado cuando menos unos veinte años de los secretos del Gobierno de Fidel Castro Ruz. Historias viejas estas que ya no nos llevan a ningún lado, pero en la Venezuela actual, si, la Venezuela comunista, la agria, la desdichada, la maltratada, la desactualizada y hambrienta Venezuela, se encuentran a montones Generales del mismo tipo, cómplices de las tropelías más inauditas y que guardan entre sus apetencias hacerse del avión correcto y de los contactos pertinentes para ser aceptados ipsofacto en el mejor sistema del mundo, el cual es la democracia que ellos con su lenidad, con su avaricia y falta de talentos ayudaron a destruir en su propio país.

Creo que los venezolanos del exilio lo están haciendo muy bien, el descubrir y discriminar a los tontos ladronzuelos y pareciera una operación de inteligencia del más alto nivel investigativo, pero cuando un pueblo se asquea del robo, mis queridos lectores, no existe fuerza que pueda detenerlos en aplicar cierta justicia ante el robo del futuro de ya muchas generaciones de jóvenes que lo que piden es libertad.

Donde se escondan serán encontrados, porque nada queda oculto entre cielo y tierra.